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El artista plástico ruteño reúne más de veinte obras abstractas en este escenario mágico, donde la creación humana y el entorno se dan la mano en un todo armónico y único

Vuelve Kisco Aroca y lo hace cerca de casa, de su Rute natal, en un entorno idóneo para albergar sus nuevas creaciones. La Sala de las Caballerizas del Castillo de Iznájar es el escenario de la nueva exposición de este artista plástico ruteño. Lleva por título “The colors of wáter” (“Los colores del agua”) y reúne una colección de veinte pinturas abstractas. Junto a las más recientes, hay otras de sus comienzos como pintor, de modo que, vistas en conjunto, permiten comprobar su evolución artística. Tras su exitosa presencia en la Muestra Internacional de Arte Contemporáneo de Mónaco, el pasado mes de agosto, ahora vuelve a sorprender yendo un paso más allá en su faceta creativa.
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La muestra se puede ver durante todo el mes de octubre y hasta el 3 de noviembre en la vecina localidad. El horario para visitarla es el mismo de apertura del castillo: de martes a domingo de diez de la mañana a dos de la tarde, y los viernes y sábados también de cuatro a siete. Además, durante los fines de semana se ofrecen visitas guiadas en las que el propio autor detalles sobre su proceso creativo y las historias que hay detrás de algunas de las piezas más representativas de la muestra.
Aroca captura la esencia del agua en todas sus manifestaciones, a través de un uso audaz del color, las texturas y las formas abstractas. Sus cuadros invitan a sumergirse en un viaje sensorial que refleja la belleza y la fluidez del paisaje acuático de la comarca. Dada la ubicación del castillo junto al Pantano de Iznájar, la exposición encuentra su hogar ideal en un espacio donde la arquitectura humana y la naturaleza se entrelazan. El agua, con su atmósfera enigmática y sus reflejos misteriosos, sirve como una fuente de inspiración inagotable. Los cuadros no sólo representan las distintas facetas del agua: también reflejan el diálogo continuo entre el castillo y el pantano que lo rodea.
Por tanto, la elección del castillo no es casual. Estas fortalezas, con sus muros robustos y su historia cargada de leyendas, representan lo eterno e inmutable, mientras que el agua simboliza el flujo constante y la transformación. Esta dicotomía crea un contraste fascinante que se refleja en las obras. Los colores y las formas fluyen libremente, sugiriendo tanto la quietud como el movimiento perpetuo del agua. Aroca plasma su particular visión sobre el ciclo del agua, los reflejos del sol sobre el embalse y la energía vital que este elemento transmite. Los cuadros, llenos de matices, invitan a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y el poder transformador del agua en nuestras vidas.
Desde primera hora la muestra ha suscitado gran expectación. La inauguración congregó a cerca de un centenar de asistentes. En el acto intervinieron la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Iznájar, Antonia Gómez, y el propio Kisco Aroca. Acompañándolos estuvieron el concejal de Turismo iznajeño, Antonio García. También se acercó numeroso público desde Rute a contemplar la obra de su paisano. Entre los representantes políticos, se dieron cita el alcalde David Ruiz y buena parte del equipo de Gobierno. Además, dos reputados artistas, el pintor Pedro Roldán y el escultor Luis Manuel García, se sumaron para arropar al joven creador ruteño.