Juan Manuel Arcos ofrece un pregón emotivo y cargado de vivencias personales en torno a la Virgen de la Cabeza

Arcos tuvo como referente toda una vida de devoción  a su Morenita para enlazar el contenido de su pregón

Arcos tuvo como referente toda una vida de devoción a su Morenita para enlazar el contenido de su pregón

El pregón es uno de los momentos más esperados y emotivos de  las fiestas de la Virgen de la Cabeza. Cada año multitud de feligreses se congregan en la iglesia de San Francisco de Asís para escuchar los vivas y alabanzas en honor a la Morenita. En este caso, el elegido ha sido uno de sus más fieles devotos, Juan Manuel Arcos Molina. Nacido en el seno de una familia que siempre ha vivido con intensidad estas fiestas, se crió en el Barrio Alto. Su experiencia ha estado marcada por infinidad de momentos en los que ha tenido presente a su Virgen de la Cabeza. Más de tres décadas, y toda una vida acompañando a la Morenita, en todos y cada y uno de los actos que se han celebrado en su honor, han sido motivo más que suficiente para que fuese merecedor de este privilegio. Porque, como dijo su presentador, Juan Carlos Molina, el pregonero de este año no ha sido uno más, sino “El Pregonero”. Arcos es una persona que, según Molina, siempre ha sido el primero en quedar con sus compañeros, el primero en ponerse al frente del trabajo necesario para que todo esté listo para sus fiestas, cuidando y mimando cada detalle. Y una persona que tiene un papel destacado dentro de la  cofradía. De hecho, en estos momentos desempeña el cargo de tesorero. En definitiva, para su presentador merece ser “recordado y tenido en cuenta siempre”.

Juan Manuel ofreció un pregón cargado de gran sentimiento, poético y lleno de grandes alabanzas a su Morenita. Se detuvo en los actos del 25 aniversario del la coronación canónica de la Virgen de la Cabeza: en la emoción generada en torno a sus recorridos extraordinarios; su paso por primera vez, y quién sabe si única, por la calle de su niñez, la calle Padre Manjón. Recordó la visita de la Morenita a la ermita de la patrona, la Virgen del Carmen, como uno de los instantes cumbres de estos actos. Se refirió al 23 de julio como uno de los momentos históricos de esta Real Cofradía. Arcos guarda en su memoria cómo ese día la plaza de Nuestra Señora de la Cabeza se engalanó como nunca, con un altar majestuoso, para celebrar una misa pontifical. Y quiso dejar constancia en su pregón de que con los actos de aniversario lo que se ha pretendido es “acercar a la Virgen a su pueblo y venerarla como reina y señora”.

Como no podía ser de otra forma, otra parte del pregón estuvo inspirada en la romería del Cerro del Cabezo, en la ofrenda de flores, en las Fiestas de Mayo de Rute, y en el día grande, el de su salida procesional. Llegado este punto, Juan Manuel Arcos se deshizo en halagos para rememorar el paso de Virgen por su barrio durante el recorrido procesional de la mañana, luciendo “bonita y sonriente”, o paseando “solemne” por la noche por las calles del pueblo. Para Arcos, “no se puede vivir si Ella” y cuando sale a la calle “nunca va sola y todo el mundo le canta y la aclama”.

Antes del pregón, tuvo lugar la coronación de las reinas infantil y juvenil, Laura Escobar y María del Carmen Ruiz. También se procedió a la imposición de bandas a sus respectivas damas de honor, María Ortega, María José Camargo, Alba Fernández y Carmen Pérez, de las infantiles. Por su parte, la cofradía reconoció con una placa al pregonero y su presentador, así como a los hermanos mayores de estas fiestas, Juan José Cubero y Encarnación Arroyo.

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