Jacob Lorenzo ofrece en Rute una muestra de su poesía cargada de aforismos y fina ironía

Jacob Lorenzo leyó algunos poemas propios junto  a otros de autores como el Premio Nobel de Literatura Izet Sarajlić

Jacob Lorenzo leyó algunos poemas propios junto a otros de autores como el Premio Nobel de Literatura Izet Sarajlić

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De nuevo un autor ha venido a Rute de manos del Centro Andaluz de las Letras (CAL). Hace algo más de una década que esta entidad y el Ayuntamiento de Rute firmaron un convenio de colaboración. Desde entonces se vienen sucediendo estos encuentros que van más allá de la mera lectura literaria y la escucha pasiva. Si el escritor se las ingenia, llega a establecer un diálogo cómplice con el auditorio. De que lo consiga o no depende que su visita pase sin pena ni gloria o que, por el contrario, cuaje y la gente se quede con las ganas de seguir leyendo y profundizando en su obra. El último en lograrlo ha sido el poeta de origen egabrense, afincado en Lucena, Jacob Lorenzo. Pese a que era una tarde fría, la del 21 de noviembre, logró que el público que acudió a la Biblioteca Municipal, en su mayoría alumnado del centro “Maestro Antonio Écija”, entrara en calor al abrigo de la poesía. Lorenzo no sólo repasó pasajes de sus cuatro libros publicados. También recurrió a autores consagrados como Pedro Salinas, otros casi desconocidos como Juan Vicente Piqueras, o todo un Nobel de Literatura, como el bosnio Izet Sarajlić, por más que su obra esté aún por descubrir en nuestro país.

Pese a los tiempos que corren, sostiene que quedan “cosas buenas y la literatura es una de ellas”. De ahí que considere muy positivo su fomento. En su caso, lleva desde 2006 “haciendo gira” con el CAL. Se tiende a decir que este tipo de encuentros son de carácter intimista, que la poesía tiene un público minoritario pero muy fiel. En realidad, él cree que esa relación intimista ha de darse “en todas las artes”. Cuando abordan algo en profundidad todas son de público minoritario, “pero ese público merece que se le atienda”. Para la concejala de Cultura, María Dolores Peláez, Rute representa un buen ejemplo de que el concepto “minoritario” es muy relativo. En nuestro pueblo conviven alrededor de la poesía y la literatura el Club de Lectura, el centro de adultos y, cómo no, la editorial Ánfora Nova, con la revista del mismo nombre. Lo importante, asegura, es que haya vías para canalizar esa afición, como pueden ser estos encuentros del CAL.

Jacob Lorenzo es un poeta joven de edad, 31 años, pero de larga trayectoria, jalonada de premios, provinciales, autonómicos y el Nacional de Poesía Joven, por su obra “La señal”. Le quita importancia porque lo ve más bien como el fruto de “estar en el lugar adecuado en el momento oportuno”. A sus cuatro libros hay que sumar las colaboraciones en revistas literarias y en su etapa anterior de cronista deportivo. En su faceta lírica, más que encuadrarse en corrientes como la poesía de la experiencia, cree que vivimos una poesía “de la inmediatez concreta”. No cree que sea casual que en estos tiempos de prisas hayan calado tanto los “haikus” (adaptaciones occidentales de los poemas breves japoneses) o las sentencias casi aforísticas que se pueden leer en Twitter. En cualquier caso, respeta que todos los estilos sean válidos “siempre que estén bien dichos”. Lo mejor de que se rompan los corsés es que permite que eclosionen generaciones como la que ahora mismo se disfruta en Córdoba, una de las provincias más prolíficas de poetas.

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