Innovaciones Subbética refuerza su estrategia de crecimiento con la presencia en Alemania en la feria más importante del embalaje

Expositor  de Innovaciones Subbética en la Feria Interpack, de Düsseldorf (Alemania),  considerada la más importante del sector

Expositor de Innovaciones Subbética en la Feria Interpack, de Düsseldorf (Alemania), considerada la más importante del sector

Innovaciones Subbética aún no ha cumplido su mayoría de edad. Sin embargo, desde que se fundó en Rute en el año 1998, no ha dejado de crecer y buscarse un hueco en el mercado. Inicialmente su actividad era netamente de carácter comercial y se dedicaban a la comercialización y distribución de bolsas de papel. A partir de 2002 comienzan a fabricar sus propios productos. Ello supone además el salto del mercado nacional al internacional. En 2007 apuestan por introducirse en determinados mercados europeos, fundamentalmente Portugal, Francia, Holanda, Bélgica y Alemania. Es ahora cuando comienzan a recoger los frutos. Según el gerente, Francisco Córdoba, el objetivo principal de la empresa es consolidarse en esos mercados centroeuropeos.  De ahí que en mayo hayan estado presentes en la Feria Interpack, que se ha celebrado en Düsseldorf, en Alemania. Es la feria internacional de procesos y embalajes más importante de Europa.

En cuanto a infraestructuras, Francisco Córdoba afirma que no cuentan con unas instalaciones adecuadas para las necesidades reales de la empresa. Alude al problema urbanístico que ha padecido Rute durante años y que, según asegura, a ellos les ha perjudicado “especialmente”. No han podido ampliar debido a la paralización y no desarrollo de la tercera fase del polígono industrial de Las Salinas. Según Córdoba, esto ha provocado que tengan que crecer de una forma desigual, y discontinua. Esta situación ha ocasionado que las instalaciones para la producción y el almacenaje estén dispersas. La falta de más espacio les acarrea algunos problemas de imagen, aunque reconoce que esto no es lo más importante. Sobre todo, lo que complica es la tarea logística y aumenta los costes producción y almacenaje de sus productos. En la actualidad fabrican ochenta millones de bolsas de papel al año. Recientemente, se han embarcado en un nuevo proyecto de bolsas de papel sin asas, para consumo de la industria hostelera, el pan, o la bollería, así como otras que elaboran para las farmacias. Con la nueva línea productiva fabricarán treinta millones de unidades más.

La empresa cuenta con unos sesenta trabajadores, aunque hay unos cinco o seis que trabajan según la carga productiva. La componen operarios especializados, que se reciclan continuamente para el conocimiento y manejo de la maquinaria, el personal de gestión y los administrativos. Según el gerente, cuentan con personal propio para todo, desde las finanzas a la contabilidad, pasando por un equipo comercial, un departamento de compras y otro enfocado en el trabajo con el extranjero. De hecho, el 30% de la facturación total, que sitúa entre los siete y ocho millones de euros, ya depende del mercado exterior. Desde que se creó, la empresa ha ido creciendo sistemáticamente todos los años hasta llegar a 2010, cuando se produjo el mayor pico de facturación que han tenido hasta el momento. Luego, en 2011 y 2012 ha tenido un pequeño decrecimiento. Sin embargo, ya en 2013 volvieron a su volumen máximo de facturación. Córdoba reconoce que 2014 ha arrancado con mejores perspectivas. Por eso confía en volver a crecer este año.

No cabe duda de que Francisco Córdoba tiene madera de empresario y asegura que toda empresa mientras tenga vida debe pensar en crecer”. Lo contrario, “hará que el que viene detrás termine creciendo y haciéndose con tus cotas de mercado”. Por tanto, afronta el futuro más inmediato con optimismo. Espera acceder a mercados nuevos y aumentar la presencia de la empresa en el mercado centroeuropeo. Pese a ello, reconoce que los años de crisis han provocado sus dificultades, y si bien ellos no se han visto perjudicados de forma directa, sí que lo han estado de forma indirecta. El hecho de que sus proveedores o clientes no tuviesen liquidez, no pudiesen acceder al crédito, hayan pasado por concursos de acreedores o aumentado la morosidad, ha terminado repercutiendo en el buen hacer de la empresa.

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