Estimado lector, después de estas semanas tan intensas volvemos a retomar nuestra actividad divulgativa. Para esta ocasión he decidido que el artículo verse sobre una inquietud que me lleva rondando desde hace tiempo; se trata del personal que se encarga de trasmitir y mostrar nuestro patrimonio al visitante.
Ya hemos tratado, quizás en demasiadas ocasiones, sobre las escasas opciones que puede barajar un visitante en Rute fuera del tiempo de nuestra concurrida campaña turística. Sin embargo, se me ocurre una opción que puede servir de “parche” a la hora atender al turismo de fin de semana. En muchas localidades, más aún en las turísticas, existe un servicio de guías que organizan rutas patrimoniales para un público más especializado; como es el que viene siendo habitual en Rute desde que somos municipio turístico.
Hasta ahora las funciones de guía turístico han recaído en la figura del “Guía acompañante”, que desde aquí no pretendo criticar, ya que respeto y agradezco profundamente su labor en pro de nuestro pueblo. Sin embargo, las atribuciones no son comparables, así como tampoco son la calidad y soltura de las visitas, estamos hablando de cosas muy distintas.
En grandes ciudades y emporios turísticos es lógico que existan empresas privadas que se dediquen a suplir este servicio, pero estamos hablando de un pueblo que además está empezando a despegar con el turismo; por lo que la obligación de ofrecer unos guías de calidad y cualificados debe recaer en la administración local. Son muchas las ocasiones en las que los ruteños nos preguntamos dónde van a parar los fondos que la Junta ofrece para los municipios turísticos. Es probable que se estén gestionando bien, pero sería oportuno mirar “más allá” e invertir no solamente en estética y embellecimiento. La calidad
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