Falta la Morenita

  • La suspensión de las Fiestas de la Virgen de la Cabeza ha multiplicado los homenajes en los balcones y los vídeos conmemorativos de la propia cofradía

Falta la Morenita. La mañana de este segundo domingo de mayo se ha aliado con su ausencia, con su imposible salida. Lo habría impedido la lluvia que humedece el corazón de Rute. Lo ha impedido de facto un virus cuya existencia se desconocía hace sólo unos meses. Muchas calles del pueblo, en especial todas las del Barrio Alto, están engalanadas como si en cualquier momento fuera a pasar la Virgen de la Cabeza. Debería haberse producido ya la Bajada, ese momento en que el sentimiento de tanta gente se contrae en apenas un puño, conscientes de que algo muy fuerte está presto a ocurrir. Debería estar a punto de llegar a la calle Priego, o el Fresno o los Cortijuelos.

Pese al confinamiento, cofradías y colectivos han hecho su ofrenda de flores

La Banda Municipal debería estar tocando “Morenita y pequeñita” en un bucle infinito de acordes que repiten la felicidad de bailarla en procesión, o el “Himno grande” de Diego Molina, o el “Morenita ven y ven”, con que el Serrano elevó la poesía de la calle al rango de memoria colectiva. Deberían estar rotas las gargantas del Coro de Romeros de Real Cofradía o el de La Morenita  a ritmo de rumbas y sevillanas. Y sin embargo, lo único que se rompió hace semanas fue la esperanza de ver todo eso hecho realidad.

No suena esa música en vivo porque falta la Virgen en las calles de Rute. Se oyen, sí, sus himnos, sus cantos, en las grabaciones que se reproducen desde los balcones, para recordarla en su día más grande. Son los mismos balcones que se han engalanado como siempre con una frustración que ha multiplicado el mimo y ha tornado el cariño en esperanza. La riada humana de la ofrenda de flores, la procesión de la mañana o la de la noche también ha experimentado su propia metamorfosis. Ha tomado el relevo otra riada virtual de vídeos, propagados de forma vertiginosa por las redes y Whatsapp.

Iluminaciones Artísticas de la Subbética ha puesto parte de su alumbrado especial en el Llano

Más de veinte ha subido la cofradía a su canal en Youtube, creado para la ocasión, que sigue actualizando. En ellos se repasa todos los momentos de estas Fiestas de Mayo, desde la aurora a este domingo tan especial, pasando por la llegada de los Hermanos de Andújar o la novena. Testigos y protagonistas de cada uno han relatado a diario sus vivencias y recuerdos, creando y recreando un programa virtual paralelo de lo que podría haber sido y ha de volver a ser. Además, se ha abierto durante tres tramos entre el sábado y el domingo (aunque sin acceso al interior) la parroquia de San Francisco y el sacerdote Carmelo Santana ha oficiado a puerta cerrada la tradicional misa de este día, retransmitida a través de la televisión local.

No ha sido la primera vez que la Morenita no sale por la lluvia. Hasta es posible que se hayan suspendido sus fiestas en alguna ocasión desde que allá por 1555 un grupo de caleros decidiera reproducir una devoción que habían visto en el Cerro del Cabezo de Andújar a los pies de la Sierra de Rute. Pandemias que asolaron a buena parte del país en otros siglos hacen pensar que pudiera haber precedentes. Pero este 2020 sí que será recordado como la primera toma de conciencia global de su ausencia.

Fachadas como la de los hermanos mayores se han engalanado

Falta sólo en la calle. A la hora en que la Virgen debería haber asomado al dintel de San Francisco la cofradía ha lanzado a las redes su vídeo de la romería. La presidenta, los hermanos mayores, su capataz de trono, el párroco o la pregonera recuerdan que este año la Morenita está más cerca que nunca en el inconsciente colectivo. En el imaginario de un pueblo y un Barrio Alto se han agolpado cinco siglos de historia en torno a este lluvioso segundo domingo de mayo. Es demasiado tiempo, demasiada herencia generacional para que pueda con ella un virus de apenas unos meses.

Deja un comentario