Fallece Julián Sánchez, maestro de Primaria y voluntario de Cáritas en Rute

  • Enseñó Matemáticas y Ciencias a varias generaciones de la EGB de entonces, el sistema educativo de Primaria implantado con la llegada de la democracia

Julián Sánchez durante su intervención tras recoger el Premio Villa de Rute como miembro de Cáritas

La calle Granada amanecía el último sábado de febrero con la noticia de que uno de sus vecinos más entrañables, Julián Sánchez, había fallecido a la edad de 75 años. Se ha ido una persona querida y respetada por los muchos alumnos que tuvo a su cargo, pero en general por todo el pueblo de Rute. Porque Julián era, recurriendo al verso machadiano, un hombre “en el buen sentido de la palabra, bueno”. Hijo de un carnicero, él y sus hermanos eran conocidos en la localidad como “Los Quemaíllos”, por ser pelirrojos varios miembros de la familia y por el tono cobrizo de su piel.

Sánchez en la sede de la Cáritas trabajando con los compañeros de la ONG
  • Su labor al frente de la delegación local de Cáritas le valió el reconocimiento con el Premio Villa de Rute a las Relaciones Humanas en el año 2008

Fue profesor de lo que ahora se denomina Primaria. En realidad, perteneció a la primera promoción de docentes que en España impartió la Educación General Básica, la EGB, el sistema educativo que llegó con la democracia. Dio clases de Matemáticas y Ciencias, pero ante todo fue lo que en núcleos rurales como Rute se conoce como “un maestro de escuela”. Porque Julián, como tantos compañeros de profesión, no sólo enseñaba a sus pupilos una materia sino a dar sus primeros pasos en la vida. Todas esas generaciones que aprendieron de él han comentado su fallecimiento con consternación. No han sido casos aislados. Ese último sábado de febrero, pese a ser luminoso, en la calle Granada lloraban literalmente su pérdida como si de un familiar cercano se tratara.

Y es que la vinculación de Julián Sánchez a la vida social de Rute no se limitaba a la docencia. Amante de la naturaleza, le encantaban los pájaros y era habitual verlo en sus caminatas por nuestro entorno natural. Hombre de profundas convicciones religiosas, abanderó durante muchos años la delegación local de Cáritas. Su papel fue clave para relanzar en la localidad la obra social de esta ONG católica y ayudar durante la crisis a tantas familias necesitadas. Esa labor tuvo su reconocimiento con el Premio Villa de Rute a las Relaciones Humanas en el año 2008. Julián estaba casado con Josefa Porras y era padre de dos hijas, Inmaculada y María José.

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