Fallece Antonio Sillero, el científico ruteño que fue discípulo del Nobel Severo Ochoa

  • Se doctoró, en el mismo año, en medicina y en Ciencias Químicas y es el autor de más de ciento treinta trabajos científicos que publicó en revistas de prestigio internacional

Antonio Sillero cuando recibió el Premio Villa de Rute

Antonio Sillero Repullo ha fallecido en Madrid, a los 86 años de edad y tras una larga y penosa enfermedad. Murió en la noche del pasado día 4 de octubre y el funeral tuvo lugar al día siguiente, cuando sus familiares y amigos le dieron su último adiós.  Antonio Sillero se encontraba en la capital de España desarrollando su carrera profesional desde 1987 cuando llegó tras obtener la cátedra de Bioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid. Posteriormente, en el año 2006 fue nombrado Director del Departamento de Bioquímica del UAM, y permaneció vinculado a ésta universidad hasta su jubilación, en 2008.

Sin embargo, el periplo y la trayectoria profesional de este ruteño es muy extensa y destacada. Obtuvo dos carreras. en Medicina se licenció en la Universidad de Granada y en Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid. Además, un mismo año, en 1967, se doctoró en Medicina bajo la dirección del Nobel Severo Ochoa y en Ciencias Químicas. Un año más tarde recibió el Premio Gregorio Marañón y fue en esa época cuando se trasladó a Nueva York para continuar con sus investigaciones.

En la década de los años 70, continúo compaginando su labor docente e investigadora, siendo profesor de Bioquímica y Fisiología en la facultad de la UAM e investigador en el Instituto de Enzimología de Madrid. En 1975 obtuvo por oposición su plaza de profesor en la Universidad de Valladolid, donde permaneció cuatro años. En 1979 consiguió la cátedra de Bioquímica de la facultad de Medicina de Badajoz.

Antonio Sillero había dirigido doce tesis doctorales, numerosas tesinas y publicado más de ciento treinta trabajos de investigación en prestigiosas revistas del ámbito mundial. De hecho, en 1982, fue recibido en el palacio de la Zarzuela, junto a un grupo de científicos destacados del país.

Por todo ello, además, fue reconocido por el Ayuntamiento de su pueblo natal con el Premio Villa de Rute a la Cultura, Ciencias e Innovación, en el año 2011. Con este galardón se reconoció la excelencia de este ruteño y una actividad científica prolífica que le llevó a relacionarse con figuras tan destacadas como Severo Ochoa, Margarita Salas o Piet Borst. Antonio Sillero era una persona sencilla y agradecida que nunca olvidó su paso por la Academia de Rute, ni a sus maestros: Don Rafael, Don Federico, Don Ángel y Don Nicolás.

El día que recogió el Premio Villa de Rute y recibió el aplauso y reconocimiento de sus paisanos, un 28 de febrero de 2011, Día de Andalucía, tuvo palabras de gratitud hacia sus progenitores de quienes dijo heredar: el sentido del humor y la apertura al mundo, de su padre; y la austeridad y el deber, de su madre. Para el final, dejó la mención a su esposa y compañera profesional y científica, María Antonia Günter (ahora su viuda), asegurando que ha sido persona a la que más tiene que agradecer en su vida.

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