En el último año agrícola ha llovido un tercio menos respecto a la media registrada y ha sido uno de los más secos del último lustro

  • En cuanto a las temperaturas no se ha registrado ninguna por debajo de los cero grados y tampoco se han alcanzado los temidos  40º

Antonio Navajas junto a la estación meteorológica de Rute

Antonio Navajas- Año agrícola meteorológico

La estancia meteorológica de Rute se ha pintado recientemente

El dato más significativo del recién clausurado año agrícola es el fuerte contraste de precipitaciones que se ha dado con respecto al anterior. Así lo destaca Antonio Navajas, que es el encargado diario de recoger los registros de la Estación Meteorológica que Aemet tiene instalada en Rute. El ejercicio pasado fue el más lluvioso de los últimos ocho, con un total de 794 litros. Sin embargo, del 1 de septiembre de 2018 al 31 de agosto de 2019 han caído 419,70 litros.El día más lluvioso de este año ha sido el 19 de noviembre, cuando se registraron unas precipitaciones de 35,3 litros. Por tanto, el último año agrícola ha sido uno de los más secos del último lustro, junto al de 2016-2017 cuando se recogieron 403,8 litros. En concreto, en los períodos 2013-2014 cayeron 559,7 litros, y en 2014-2015 un total de 433,9 litros.

  • La media de la temperatura ha subido un grado más respecto a periodo de referencia

Por tanto, destaca el déficit hídrico del 33% que se ha producido este año con respecto a la media del período de referencia (1981-2010) que se sitúa en 629,45 litros. Esto significa que ha llovido un tercio menos respecto a esa media, convirtiéndose en el sexto año más seco de los últimos cuarenta y siete. En concreto, las mediciones en la estación de Rute se iniciaron en septiembre de 1972.

Un repaso por los registros más secos de la última década nos lleva hasta hace veintiún años. Entonces, en 1998-1999, se recogieron 281,30 litros. Le siguió el período 2004-2005, con 285,10 litros. El tercer año más seco lo encontramos en 2011-2012, cuando se recogieron 364,70, litros. El cuarto fue 1994-1995, con 385, y el quinto en el 2016-2017, con 403,80 litros.

Curiosamente, en la última década, apunta Navajas, encontramos “no sólo los años más secos, sino que también están los más lluviosos”. La fuerte variabilidad de un año a otro, a su juicio, se debe al cambio climático. Como ejemplo, ha citado dos ejercicios consecutivos, en que se alternaron uno de los más lluviosos con otro de los más secos. En concreto, 1997-1998 fue de los años más lluviosos, con 795,9 litros. A éste le siguió otro en el que sólo cayeron 281,30 litros. El año más lluvioso de la última década fue el de 2011-2013 cuando cayeron 1123,4 litros, seguido del 2009-2010, que se recogieron 1120,8 litros.

En cuanto a las temperaturas, la media anual se ha situado en 17,30 grados, uno más de la media del período de referencia, que es de 16,47. Además, esa tendencia al alza en las temperaturas se mantiene en los últimos nueve años. La única salvedad se dio en 2012-2013, cuando hubo muchos días nublados. Entonces la temperatura media bajó a 15,96 grados. El récord se alcanzó en el año 2016-2017 con 18,34 grados.

La temperatura máxima histórica se dio en julio de 2017, que se llegó hasta unos insoportables 43 grados. La mínima histórica fueron los 7,6 bajo cero que se marcaron en enero de 2005. En cuanto a los valores más extremos del último año agrícola, las temperaturas más frías se registraron los días 11 y 12 de enero, y el 4 de febrero, con cero grados; y el 23 de julio, con 38,5 grados, se marcaron las más elevadas. Lo destacable es que en el último año no ha habido temperaturas negativas pero tampoco se han alcanzado en ningún momento los temidos 40 grados. Rute se libró de las olas de calor que sufrió todo el país en junio.

En resumen, durante el año pasado tuvimos un otoño muy cálido, con temperaturas por encima  de la media, y un diciembre atípico, con ausencia total de lluvias. Siguió un invierno, con escasas precipitaciones  y con un mes de febrero en el que hubo temperaturas especialmente cálidas, con dos grados por encima de la media. La primavera fue también seca y calurosa, con un mes de mayo en el que registró una anomalía positiva nada menos que de 3,5 grados. Por último, el verano ha dejado temperaturas dentro de lo normal, pero ha sido especialmente seco. Todo ello ha provocado que el total de litros recogidos se haya reducido a 419,7.

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