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Negocios de reciente creación y otros que echaron a andar justo antes del confinamiento han recurrido a la venta por encargo o a apostar por las terrazas
D Pata Negra se reinventa con el comercio online y la solicitud de una terraza
El BOE del 22 de mayo se adelanta al levantamiento de ciertas restricciones que se van a consolidar en la fase 2. En municipios como Rute, de menos de diez mil habitantes, habría libertad de franjas horarias. Eso sí, los ayuntamientos pueden regular, tanto para ampliar como para reducir, determinadas zonas. Por otra parte, el BOE también adelanta al fin de semana la permisividad para que bares y restaurantes puedan habilitar un 40% de su aforo interior. Dos comercios locales de este sector han afrontado estas semanas con especial dificultad. Domingo Vadillo es responsable de D Pata Negra. A raíz del confinamiento, las ventas cayeron. Aunque la alimentación es necesaria, no ocurre lo mismo con los denominados productos gourmet.
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Cuando más se ha resentido el negocio ha sido entre la segunda quincena de marzo y la primera de abril, en que se rozaron las pérdidas. Pese a que tenía las puertas abiertas “no pasaba nadie”. Durante este tiempo ha agradecido los pedidos de gente de Rute que vive fuera, incluso en otros países como Francia o Marruecos. Al no haber desplazamientos y con eventos como la Semana Santa suspendidos, perdieron la posibilidad de darse una escapada a Rute en esas fechas. A raíz de estos episodios y ante la caída de las ventas, se han reinventado reforzando la venta online o por encargo, con tablas de quesos o embutidos. También han solicitado una terraza de cinco mesas en las inmediaciones del parque, que compensen la zona de degustación de dentro, hasta ahora inhabilitada.
Muy cerca de D Pata Negra, también en la calle Duquesa, acaba de abrir sus puertas un nuevo local de copas en Rute: Bourbon Cocktails Bar. Uno de sus responsables es Francisco José Ramírez Lobato, que reconoce que también se han tenido que reinventar. Han delimitado una terraza en la parte de arriba del parque. Al disponer de espacio, pueden dar un buen servicio respetando los dos metros de distancia. Las veinte mesas iniciales se han reducido a ocho, con el suelo marcado y gel hidroalcohólico en cada mesa. Asimismo, los aperitivos se ofrecen de forma individualizada.
Gracias a todo ello, la respuesta ha sido muy buena. La gente está muy concienciada y hasta ahora no ha habido ningún problema. En cuanto a la carta, no la presentan en formato físico, sino a través de un código QR. Es consciente de que la gente de más edad puede tener más dificultad, pero, puesto que todo el mundo tiene Smartphone, se le explica cómo leer a través de la cámara el contenido de la carta.