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El mes ha terminado con 592 personas desempleadas, aunque la destrucción de empleo en las mujeres sigue evidenciando la desigualdad de género
Desde hace un año y medio la crisis sanitaria y la económica han ido de la mano, y la pelea contra el virus ha corrido paralela a la lucha contra la destrucción de empleo. En el primer caso, en Rute continúa el ritmo de vacunación en el Centro de Salud y ya se ha administrado la primera dosis a la población de 19 años. En cuanto al empleo, empieza a acercarse a los niveles previos a la pandemia, aunque todavía quede mucho camino por recorrer. Así, en julio el paro ha bajado de las seiscientas personas por primera vez desde marzo del año pasado, mes en que se decretó el estado de alarma. Según el informe del Observatorio Argos, dependiente de la Junta de Andalucía, el mes se ha cerrado con un total de 592 personas inscritas en la Oficina de Empleo.
Es la mejor cifra desde el comienzo de la pandemia. En concreto, desde febrero de 2020, el mes previo al estado de alarma, no estaba en nuestro municipio por debajo de ese umbral. Entonces había 522 desempleados. Los datos más parecidos a los de este julio se remontan al mismo mes de 2017, con 591 parados. Desde finales de aquel verano, el desempleo en Rute se había movido en torno a las quinientas personas. Ni siquiera los picos de más trabajo, como la campaña de Navidad, alteraban mucho esa tendencia. Sin embargo, esa tónica saltó por los aires en marzo de hace un año.
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El principal reparo que hay que poner es una vez más la distribución por sexos. No sólo se repite una dinámica negativa para las mujeres, que con frecuencia superan en desempleo mes tras mes a los hombres. De las pocas excepciones que ha habido desde que en 2005 Argos gestiona estos datos, una se dio en pleno “epicentro” de la crisis. Fue en abril del 2020, con 399 parados y 385 desempleadas. Después, el paro femenino ha sido siempre mayor y ahora ha dado otra vuelta de rosca. Si en los hombres ha bajado de forma notable, de 271 en junio a 256 ahora, en las mujeres ha subido, de 333 a 336.
A pesar de ese contraste, que evidencia la desigualdad de género, los números globales invitan al optimismo. De hecho, la mejoría se da en un mes en que tradicionalmente el paro suele aumentar, aunque siempre de forma leve. En el histórico de Argos, en julio el desempleo había descendido sólo una vez respecto a junio. Fue en 2013, todavía con el lastre de la crisis económica de principios de la pasada década. Entonces bajó de 810 a 797 personas, cifras aún peores que las que ha llevado aparejadas la actual pandemia.
