El legado de una mujer de Canarias para la asociación Adebo de Rute podría ascender tras una subasta pública de bienes a un millón de euros

Pascual Rovira junto a un burro en las instalaciones del camping municipal

Pascual Rovira junto a un burro en las instalaciones del camping municipal

Que una mujer deje en herencia nueve millones de euros a tres asociaciones protectoras de animales tiene el suficiente impacto para propagarse a nivel nacional. Si la cantidad final se reduce a la tercera parte, la reacción primera puede ser de decepción. Pero reflexionando detenidamente no deja de constituir un pellizco apetecible para cualquiera. En torno a esa cifra puede girar la cantidad final que una mujer de Canarias ha legado para tres asociaciones ecologistas. Una de ellas, de Rute: Adebo. De entrada, su presidente, Pascual Rovira, ha aclarado que la mayor parte de este patrimonio es de carácter inmobiliario. Los objetos de su casa han sido donados “al asilo más próximo de su localidad” (Telde). Por eso, “aún no se ha cuantificado” el valor exacto de la herencia, “que con la crisis podría ser menor”. De ahí que inicialmente se especulara con una cifra muy superior a la real. Él mismo, cuando conoció la noticia hace unos meses, pensó que era “una broma”.

Lo que sí está claro a estas alturas es que la benefactora, soltera y fallecida en 2008 a los 60 años, sentía un profundo amor y sensibilidad por los animales. En el testamento que hizo en la notaría de Canarias, legaba una parte importante de sus bienes a la conservación del lince ibérico en el Parque de Doñana (Huelva), gestionado por la Junta de Andalucía, a la Asociación Nacional Amigos de los Animales, en Madrid, y a la Asociación para la Defensa del Borrico, en Rute.

Según Rovira, todo ese patrimonio habrá que llevarlo a “una especie de subasta pública”. Será entonces cuando las tres asociaciones beneficiarias reciban su parte correspondiente. Mientras, el presidente de de la asociación ha reconocido que para Rute este dinero, “cuando venga”, será “como un maná”. Desde luego, ayudará a sobrellevar “la crisis” que tiene Adebo y la Fundación Casa del Burro “con tantos animales y tantos gastos”.

Muy precavido hasta conocer el alcance final, admite que la noticia es “esperanzadora” y representa “un balón de oxígeno”. Independientemente de cuándo se confirme, abre las puertas para “afrontar los nuevos tiempos” y consolidar el proyecto de conservación de estos animales. No hay que olvidar la situación deficitaria que arrastra la fundación. Sin ir más lejos, en el último mes “no hay dinero para la nómina” y a corto plazo se vislumbran “problemas económicos con la Seguridad Social y con la paja”.

Sin duda, son “numerosos” los gastos anuales que generan los burros de la reserva, y que podrían verse saldados. Además, Rovira no oculta desde hace años su entusiasmo por “la posible creación en Rute de un centro de asinoterapia”. Con él se trataría, a través del contacto con los animales, a niños con deficiencias. Es un proyecto pionero, pero que, hasta donde se ha estudiado en los sitios en que existe, “está dando muy buenos resultados”.

A buen seguro que algo de esto ya sabía la mujer, cuyas iniciales son S. V. L. Al menos conocía “perfectamente” la trayectoria de Adebo, entre otras cosas porque en vida tuvo “algún contacto” con el propio Pascual. En su opinión, la forma de gestionar este patrimonio es “bastante acertada”. El fondo permanecería en el banco, utilizando únicamente “un 5% anual para los gastos del proyecto”. De esta forma sí se podría consolidar el trabajo con los burros en Rute y aumentar el personal. Rovira ha recordado que han sido 20 años “bastante difíciles, con una sola persona para atender el día a día”.

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