El IES Nuevo Scala de Rute afronta el inicio del curso con la incógnita de que pueda haber clases semipresenciales

  • En el CPR Blas Infante se ha acordado que el alumnado de Infantil se traslade a la Biblioteca Pública de Zambra

Los directores del instituto y el colegio rural han detallado las especiales circunstancias de sus centros

Entrevista a Juan José Caballero – Director IES Nuevo Scala

Entrevista a Juan Diego Campanario – Director CPR Blas Infante

La masificación es un problema añadido en el IES Nuevo Scala a las circunstancias que atraviesan los centros educativos para el curso escolar. En estos días ha de concretarse aún el número total de matrículas, pero el director del centro, Juan José Caballero, ya ha confirmado que rondará entre seiscientos cincuenta y setecientos alumnos. Por si fuera poco, la plantilla docente se ha visto reducida de 63 a 59 personas, aunque espera que, terminados los exámenes de septiembre y concretadas las matrículas, Delegación asigne alguno más. Aun contando con los “refuerzos Covid” (profesores adicionales), al centro le corresponderían tres. No deja de ser un número insuficiente, ya que casi todas las clases superan la ratio mínima exigida para que se asigne esa plaza extra, 24 escolares, con lo cual es “muy difícil mantener las medidas de seguridad”.

En algunos cursos se llegan a cifras extremas de 36 escolares por aula.  Además, los centros se enfrentan a otra doble paradoja con estos “refuerzos Covid”. Por un lado, no pueden solicitar que sea para una especialidad concreta y por otro la Junta sólo ha comprometido el contrato de este profesorado adicional hasta diciembre. No se asegura que continúe después. Si no ocurre, de impartir alguna materia, en enero se encontrarían con el dilema de quién se hace cargo de las clases. Por tanto, va a haber tres profesores de apoyo, pero sin un área, asignatura o curso específico de que ocuparse.

Otra duda que va a haber que resolver en función de esa alta ratio es la doble posibilidad que abre la Junta: desdoblar alguno de los cursos más masificados o bien dividir ese curso en cuestión en dos grupos y que las clases sean semipresenciales. Cada grupo, según el día, alternaría la asistencia al aula con la enseñanza telemática. De igual modo, el instituto acaba de recibir instrucciones para la incorporación escalonada del alumnado. Podrían hacerlo del 15 al 18 de septiembre. Estos cambios de última hora, matiza el director, se unen las continuas modificaciones de las instrucciones que están recibiendo desde principios del verano. Ello lleva a que, cuando se han tomado unas medidas, haya que actualizarlas de un día para otro conforme cambia la normativa.

El comienzo del curso se da la mano con los exámenes de septiembre (ahora presenciales) y las pruebas PBAU, que, a diferencia de lo ocurrido en julio, no tendrán lugar en Rute. En esta entrega son pocos los escolares que concurren y los de la localidad se juntarán con otros en el IES Aguilar y Eslava de Cabra. Aun así, Caballero confiesa que cuesta lidiar con el día a día y las modificaciones constantes de la normativa. Para estar al tanto de cualquier cambio, tanto en asistencia presencial, como en medidas de seguridad o la renovación o no de libros, apela a que alumnado, padres y madres estén pendientes en todo momento de las plataformas online habituales. Por último, ha confirmado que este año no se impartirá el ciclo formativo de gestión de alojamientos rurales, dada la dificultad para que las empresas puedan acoger a todos los participantes en la fase práctica.

Peculiaridades de las aldeas

Como ocurre en todos los diseminados de población, los Colegios Públicos Rurales (CPR) tienen sus propias dificultades y peculiaridades a la hora de afrontar un curso de por sí especial. Es el caso del CPR Blas Infante, que agrupa a los escolares de Infantil y Primaria de las aldeas de Rute. En concreto, hay dos centros, aunque se considere una sola línea, uno en Zambra y otro en Llanos de Don Juan. Antiguamente, también se incluían las aulas del Nacimiento de Zambra y Gaena. Su director, Juan Diego Campanario, ha recordado que estos centros tienen su propia organización por ciclos. Además, cuentan con personal docente fijo y otro itinerante.

Respecto al alumnado, la cifra total entre Infantil y Primaria es igual que el año pasado, 86. Sin embargo, la distribución es distinta. Así, se ha perdido una unidad en Los Llanos, al haber sólo doce alumnos de primero a cuarto. En cambio, en Infantil de Zambra los 19 escolares matriculados se han dividido en dos clases. En total, en Llanos hay 32 alumnos y en Zambra 54. El problema en esta aldea es que los espacios del colegio son limitados, tanto en el aula como en el patio. La solución que se ha consensuado con la alcaldesa pedánea y la concejala de Educación es que el alumnado de Infantil se traslade a la Biblioteca Municipal.

Otro aspecto que ha mencionado el director es el de la convivencia entre escolares. Se han establecido tres “grupos burbuja” (Llanos, colegio de Zambra y biblioteca) y en caso de que algún menor presentara síntomas sería aislado en un espacio hasta que la familia lo recoja. En este aspecto, ha señalado las decisiones tomadas sobre el uso de la mascarilla. Según apunta, hay “cierta polémica” en su uso en las clases, durante cinco horas. Sí habrá que llevarla en los espacios comunes. Además, los profesores itinerantes la llevarán en todo momento, además de pantallas faciales. En total, la plantilla la conforman trece personas, más dos maestras compartidas. Finalmente, el director insiste en que en Llanos continúan los habituales problemas de conexión. Ya se presentó esa situación el curso pasado y temen que se repita ante un posible confinamiento, puesto que no hay buena cobertura de móvil y la señal wi-fi no es de calidad.

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