El escultor ruteño Luis Manuel García Cruz crea el busto para el I Premio Internacional Humanismo Solidario “Erasmo de Rotterdam”

Siempre resulta agradable compartir sensaciones con un ruteño que vive fuera. Esos paisanos nuestros suelen estar deseando preguntar por su pueblo o contar sin tapujos cuanto lo echan de menos. Si además atesoran una trayectoria como la de Luis Manuel García Cruz (Rute, 1966), la apetencia crece. Cualquier momento es bueno para repasar su producción artística. En realidad, compagina una doble vocación, la de profesor en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño, en Córdoba, y la de escultor o dibujante-pintor.En esta última está de actualidad y de enhorabuena. Un busto creado por él representa el I Premio Internacional Humanismo Solidario “Erasmo de Rotterdam”. En esta primera edición, se ha reconocido de forma póstuma al escritor, pensador y economista José Luis Sampedro, fallecido en abril de 2013.El premio fue entregado a su viuda, Olga Lucas Torre, el pasado 12 de diciembre, en la sede de la Diputación de Huelva. Del premio, del proyecto Humanismo Solidario y de sus inquietudes como artista reflexiona Luis Manuel en una amplia entrevista en Radio Rute, de la que se hace eco el número de Navidad del periódico El Canutoen su contraportada.

En sus palabras, se trasluce que está muy involucrado con el proyecto. No se encuentra solo: junto a él, hay familiares y “compañeros de viaje” de la editorial y la revista literaria “Ánfora Nova”. Por eso, le cuesta separara la hora de hablar de la creación del busto y de Humanismo Solidario. Lo define como una corriente de pensamiento que engloba a artistas y personas “de muy diversa índole”. Aunque sus referencias más cercanas son de Córdoba, el movimiento trasciende fronteras. Según explica, se trata de “un posicionamiento ético a favor del humanismo” y de defender al hombre “como centro de las cosas”.En cierto modo, surge como reacción lógica a los tiempos que corren, aunque es un movimiento “muy ecléctico”. Lo que les une es que todos sienten “esa necesidad de denuncia social”, de no estar conformes con lo que les rodea.

En este sentido, cree que Sampedro encaja con esa idea del humanista. Por eso, haberse encargado del busto “ha sido un honor, aunque sea a título póstumo”.Tras la entrega del premio, Luis Manuel vuelve a sus clases en Córdoba, a sus esculturas y a sus dibujos. Quiere pasar por Rute en Navidad, y si bien procura venir siempre que puede, confiesa que lo hace “menos de lo que debiera”. Reparte las vacaciones con Priego, su “otro” pueblo. Para “combatir” la nostalgia de Rute le queda el consuelo de cruzarse con muchos paisanos en Córdoba.

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