-
La buena actuación de los menores en las categorías sub-9, sub-11 y sub-13 da continuidad a las generaciones con las que el club se ha labrado su reputación
-
La tercera fase de la temporada celebrada en Rute congregó a 101 participantes que disputaron 250 partidos en una jornada maratoniana
El Club Bádminton Rute y la Federación Andaluza mantienen su idilio deportivo. La tercera de las fases del ranking autonómico pedidas (y concedidas) para nuestro pueblo tenía lugar en el último sábado de marzo. La pista central del Pabellón Gregorio Piedra fue testigo de una maratoniana jornada en categoría sub-9, sub-11 y sub-13. Programada de nueve de la mañana a nueve de la noche, se prolongaría media hora más hasta la entrega de trofeos. No fue un retraso considerable si se tiene en cuenta que hubo 101 participantes que jugaron 250 partidos. Más allá del oficio del club en la organización, la cita deja noticias jugosas. Para su presidente, Andrés Rabasco, lo más positivo es que han cogido a jugadores en la edad idónea para enseñarles “la técnica adecuada”. Según la concejala de Deportes, Mónica Caracuel, el club no sólo está apuntalando el presente sino garantizando su continuidad futura.
Noticias relacionadas
La hornada de jóvenes talentos del club tiene relevo por detrás. Ha habido hasta cinco debutantes en autonómico. Entre ellos, seconfirma la valía de Lidia Marín y Alberto Cruz, segundos en dobles mixtos. Éste a su vez ha quedado tercero en individual. Por su parte, Pablo Gámez ha sido tercero en dobles sub-13 junto a Javier Jiménez, de Los Palacios. Y María Luisa Jiménez y Diego Arenas (hijo) han repetido puesto en dobles mixtos sub-9. Ella ocuparía el mismo lugar en individual. El entrenador Juan de Dios Pérez admitía sentirse “sorprendido de las prestaciones que han dado”. Ahora hay que conciliar el subirse al carro de la competición con que sea “algo educativo”.
Para Ángel Povedano, sus pupilos “han rendido a un nivel increíble”. Diego Arenas subrayaba que todos los participantes “han ganado al menos un partido”. Para los dos entrenadores, esta fase ha ratificado su apuesta, arriesgada, de meter a estos pequeños, en algunos casos sin apenas haberse curtido en fases provinciales y en otros sin haber pasado si quiera por ellas. Ha salido bien, aunque también hubiera lugar para “lágrimas, tensión y nervios”. Por lo demás, el día sirvió para hacer piña entre todos los jugadores y sus familias, que compartieron la jornada de convivencia en torno al deporte.