El autor cordobés Rafael Antúnez avanza en Rute poemas de su nuevo libro, aún inédito

Antúnez leyó ante el alumnado del Centro de  Adultos fragmentos de su poemario “Sentado junto al muro”

Antúnez leyó ante el alumnado del Centro de Adultos fragmentos de su poemario “Sentado junto al muro”

La última visita a Rute de un escritor de manos del Centro Andaluz de las Letras deparó una grata sorpresa para el público, formado en su mayoría por el alumnado del Centro de Adultos “Maestro Antonio Écija”. Siempre genera cierta expectativa saber que un autor está avanzando a su audiencia fragmentos de un libro aún inédito. Eso es lo que hizo el viernes, 19 de octubre, Rafael Antúnez. El cordobés centró su lectura (muy interactiva con el público) en poemas de su próxima entrega literaria, “Sentado junto al muro”, que aún no ha visto la luz. Son ya más de diez años celebrándose encuentros con lecturas de este tipo, ante el público, en Rute, desde que el Ayuntamiento firmó el convenio con el Centro Andaluz de las Letras. Uno de los primeros autores que vino a estos encuentros fue el zaragozano afincado en Barcelona Ignacio Martínez de Pisón, en 2002. No deja de ser curioso que, un decenio después, Pisón haya mencionado a modo de guiño a Rute en su última novela, “El día de mañana”, que, entre otras distinciones, ha recibido el Premio Nacional de la Crítica 2011 de narrativa en castellano.

En aquella cita estuvo la concejala María Dolores Peláez, encargada también ahora de presentar a Antúnez. Peláez recordó la anécdota para poner de relieve cómo durante todos estos años se ha podido escuchar de su propia voz la obra de autores de renombre. Basándose en su propia experiencia como lectora, la edil cree que un género minoritario como la poesía puede calar más gracias a encuentros “cara a cara” de este tipo. En Rute se han promovido en los últimos tiempos iniciativas similares. Según Peláez, una vez que se profundiza en la lectura, como le ha ocurrido a ella misma, la poesía ofrece “un mundo apasionante”.

Para Rafael Antúnez, tal sambenito de género minoritario se debe tal vez a que requiere “una preparación, un lenguaje o acostumbrarse a unos códigos”. Dedicada más a reflejar las emociones o lo fugaz, admite que la poesía no tiene “la narratividad” de la novela. Esa traducción en imágenes o emociones “cuesta más” que capte al gran público. Dándole la vuelta, y sin olvidar que hay “muchos tipos de poesía”, se podría considerar cada poema como una pequeña “píldora”. De esta forma, a base de pequeñas entregas, se accede más fácilmente a ese lenguaje. Eso sí. Se pueden tomar como piezas independientes, pero a la vez entre todos conforman “un mosaico”, que es el libro. De hecho, ahondando en ese concepto del mosaico, ninguno de los poemas que leyó luego tiene título, porque son piezas de un mismo puzzle.

Sobre su concepción personal, sostiene que desde el momento en que expresa lo que rodea, “toda la poesía es social”. Pero no cree en una poesía “estrictamente panfletaria”, ni siquiera en los tiempos que corren. Eso no significa que no le gusten corrientes literarias como la de los escritores sociales franceses del siglo XIX. Sin ir más lejos, entre sus influencias poéticas cita a la generación del 50. Con todo, prefiere hablar de “poetas que gustan más o menos”. Pero adherirse (en ocasiones desde una militancia casi beligerante) a una corriente en exclusiva conlleva “empobrecerse y cerrarse caminos”. Es mejor buscar “la experimentación, nuevos caminos y una voz propia”. Desde luego, tiene claro que los autores con esa voz personal “no necesitan adherirse a nada”. Eso es algo que hacen “a posteriori los periódicos o la crítica literaria”.

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