El edil ruteño en la zona donde se construye el puente de la carretera de Encinas Reales
Dentro de las obras de acondicionamiento de la carretera de Rute a Encinas Reales, una de las primeras actuaciones ha sido la construcción de un nuevo puente en la vía pecuaria conocida como Camino de Loja, a la altura del cortijo El Tejar, casi en la intersección con dicha carretera. Precisamente, este camino comenzó a arreglarse a principios de julio, gracias a una subvención de 40.000 euros de Diputación. Sin embargo, según ha explicado el alcalde Francisco Javier Altamirano, la tormenta caída el día 18 de ese mes no sólo dio al traste con dichas reparaciones, sino que además dejó “una cavidad mucho más profunda, que va a costar aún más arreglar”. El puente evitará la vía pecuaria, así como un arroyo “que en época de lluvia o de tormenta acarrea bastante agua”. Para el alcalde, las obras de acondicionamiento, que ascienden a 9,8 millones de euros y cuyo plazo de ejecución se prevé de 18 meses, marchan “a buen ritmo”.
Por otra parte, Altamirano ha recordado que el proyecto de impacto ambiental de la Junta contempla la creación de varias áreas de recreo y el respeto a las vías pecuarias. En su opinión, sólo se han eliminado árboles de cara al nuevo trazado en aquellos casos que era “inevitable”, ello con el compromiso del informe de la Junta de “repoblarlos” en el futuro. A pesar de que admite que la carretera existente era “preciosa” y que estamos ante uno de los parajes más llamativos del término de Rute, también entiende que el trazado es “más importante que árboles de crecimiento rápido que en su mayoría se pueden repoblar”. Cree, en suma, que hay que compaginar el mantenimiento del entorno natural con “el desarrollo y la seguridad de las personas”. Altamirano incluso pronosticó que será la carretera más utilizada, “tanto para ir a Córdoba como a Málaga, porque en cinco minutos vamos a estar en la autovía”.
El alcalde salía así al paso de la denuncia pública realizada a finales de agosto por Ecologistas en Acción, sobre la tala de árboles en los márgenes de la A-344. Para el colectivo, este hecho, junto a otras actuaciones que se vienen produciendo cerca de los límites del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, “cuestiona la escasa conciencia ambiental que reina entre algunas de las delegaciones provinciales de la Junta”. Aseguran que pinos piñoneros, pinos carrascos, acacias, cipreses, eucaliptos y muchos olivos “de gran porte” están siendo sacrificados por el bien de acondicionar una carretera que, “según la versión oficial de la Consejería de Obras Públicas, se encuentra en mal estado y agravado por el paso de vehículos pesados”.
El grupo discrepa de esta versión y adivina que el impacto ambiental será “fuerte y no tiene justificación alguna”. Para Ecologistas, el anuncio de crear áreas de descanso en los tramos abandonados sólo busca “enmascarar el destrozo”. La organización considera que la mejora de la red viaria siempre es necesaria, “pero no debe sacrificar nuestros campos”, en especial en un territorio como la Subbética, “que en parte pretende atraer y organizar una economía en torno al medioambiente y el turismo sostenible”.
Frente a estas protestas, la idea de renovar la A-344 cuenta con muchos pretendientes. Al ya de por sí jugoso atractivo de mejorar sensiblemente las comunicaciones (el nuevo tramo no se prolongaría más allá de diez u once kilómetros), se añade la “golosina” del futuro Parque Tecnológico Tecno-Rute, que estaría ubicado en el margen de la carretera. Por lo tanto, según el alcalde, Rute quedaría muy cerca de “los focos importantes de desarrollo de la zona, Antequera y Lucena”. Altamirano confía en que, después de haber pasado la primera aprobación en el pleno, la consejería de Obras de Innovación “siga dando su apoyo” y los trámites se agilicen “al máximo”, de manera que se pueda cumplir el plazo dado por la Junta de iniciar las obras “en tres años”.
