Editorial Septiembre 2020

En un otoño que continúa marcado por el coronavirus, y en el que la población se debate entre el miedo, la preocupación o la incertidumbre, septiembre ha transcurrido con varios asuntos de gran interés. El más destacado ha girado en torno a la gestión de Cooperativa Agrícola de Rute. Cientos de socios cooperativistas han participado de forma notable en una votación en la que se ha optado por dejar de formar parte de Dccop y fusionarse con Almazaras de la Subbética. Como todo proceso en el que está en juego la economía de cientos de familias, la decisión no ha sido fácil. El descontento de los olivareros con las liquidaciones de los últimos años ha propiciado que finalmente la balanza se incline en favor de la fusión. No obstante, el sector atraviesa unos momentos complicados, con unos precios del aceite que no terminan de ser acordes a los costes de producción y con unas ayudas comunitarias también en entredicho.
A partir de ahora comienza un nuevo período en el que la gestión de la almazara ruteña cambia de manos y en el que los agricultores esperan que los resultados y balances resulten más positivos. El acierto o no de la decisión tomada sólo podrá ser juzgada con el tiempo. Para los olivareros ha sido un mes de septiembre de escuchar argumentos a favor y en contra de cada una de las opciones. Es obvio que ninguno quiere equivocarse. En tiempos de mercados globales, las fusiones y alianzas suelen ser buenas compañeras de viaje. Sin embargo, se teme por la pérdida de identidad de la cooperativa o por la posibilidad de que, pese a todo lo dicho, al final las liquidaciones no mejoren.
Todo está por ver. Este año es de buena cosecha. La gente del campo está acostumbrada a la denominada vecería, es decir, a que unos años se molture más que otros, a que se alternen buenas y malas cosechas. Por tanto, habrá que esperar un par de años para comprobar si se cumple con las expectativas anunciadas. En principio, la próxima temporada podremos comprobar si realmente en la cooperativa ruteña, ahora ya una de las sedes de Almazaras de la Subbética, se moltura el doble, como ha dicho Francisco Serrano. El presidente de Almazaras está convencido de que los socios ruteños tendrán más y mejores servicios. Confiemos en que así sea.
Por otra parte, en este mes una de las empresas punteras del municipio, con casi un centenar de empleados, ha celebrado el preámbulo de los actos de su cincuentenario. Samafrava ha aprovechado para presentar su nueva imagen corporativa. Ante todo, se ha querido mostrar al pueblo de Rute que esta empresa fundada por cuatro ruteños hace cinco décadas ha sabido innovar, crecer y adaptarse a los tiempos. Como en alguna ocasión hemos escuchado a su actual consejero delegado, Manuel Córdoba, una empresa “crece o muere”. La frase encierra el espíritu de riesgo que todo emprendedor debe asumir, aunque no siempre obtenga los resultados desesados. En Rute, esta empresa lo ha sabido hacer bien y es un ejemplo a seguir. Esta industria local ya forma parte de la historia de nuestro pueblo
También para la memoria colectiva quedará la imagen de centenares de escolares entrando al colegio, durante su primer día de clase, con sus mascarillas puestas. Ahora, maestros, docentes y profesores se encuentran igualmente en primera línea, velando para que nuestros hijos puedan seguir estudiando y formándose. Tras cerrar un curso, en tiempos de confinamiento, en el que los estudiantes han tenido que seguir aprendiendo en casa, ahora toca adaptarse a un año académico diferente. Estamos ante un curso con clases burbuja, semipresenciales, y con un alumnado que tiene que convivir manteniendo las distancias de seguridad y haciendo usos de geles y mascarillas. Una convivencia así realmente se antoja muy complicada.
Por último, en septiembre, tal y como estaba previsto, Anselmo Córdoba ha sido reconocido con el Premio de Turismo de la Junta de Andalucía. Unido al nombramiento de Rute como Municipio Turístico, son dos revulsivos para una campaña de Navidad que se presenta incierta para el sector. Acostumbrados a ver cientos de turistas y decenas de autobuses durante los meses de octubre a diciembre, nos enfrentamos a una temporada que, en este caso, aún no sabemos qué imagen nos deparará.

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