Editorial Mayo 2020 – Diario del coronavirus

La vertiginosa experiencia vivida desde el punto de vista de la comunicación local nos da una idea de las dimensiones de una situación inédita y que pasará a formar parte de la memoria colectiva de este pueblo. Este periódico de carácter mensual ve la luz tras más de ochenta días en los que la población ruteña, al igual que el resto de país, se ha mantenido confinada y bajo el estado de alarma. Lo ocurrido da para muchas líneas de texto. Como saben nuestros lectores, el periódico local, junto con la emisora de Radio Rute, conforman los Medios de Comunicación Municipales. Por razones obvias, esta publicación desde que se decretó el estado de alarma no ha podido editarse. La empresa encargada de su impresión cerró. No obstante, el confinamiento también habría impedido la distribución del periódico.

En cambio, en la radio local y a través de su página web hermana nos hemos empleado a fondo, desde los primeros momentos, para cumplir con nuestra obligación de informar a la población ruteña. Ni siquiera éramos conscientes de la que se nos avecinaba. Optamos por mantener una programación matinal, de lunes a viernes, de cinco horas de duración, más unos informativos, a primera y última hora de la jornada. Nuestro principal objetivo era tener al tanto a los ruteños de las posibles incidencias y de la evolución de la Covid-19 en nuestro pueblo. También, convencidos de la importancia de ser útiles, consideramos que la radio debía servir de compañía a nuestros vecinos en unos días que se avecinaban complicados. Así que nos pusimos manos a la obra.

Las jornadas laborales comenzaron a extenderse al fin de semana a medida que la enfermedad azotaba a la población, con esa especial incidencia que ha calado en la residencia de ancianos. Por desgracia, nuestra página web se actualizaba un viernes tarde, un sábado o un domingo por la mañana. El coronavirus no entendía de jornada laboral. Y es que los contagiados en Rute comenzaron a conocerse casi desde primera hora. Tan sólo un día después de decretarse el estado de alarma informamos de que en nuestro pueblo había cuatro personas con coronavirus. En ese momento, a mediados de marzo, algunos de esos casos correspondían a gente con nombres y apellidos muy conocidos del pueblo y vinculados al ámbito de la empresa o la educación. Sus nombres no trascendieron, para no violar su derecho a la intimidad, hasta que esas mismas personas quisieron compartir sus experiencias a través de las ondas de Radio Rute.

Al principio, los casos se contabilizaban de uno en uno, casi con cuentagotas. Sin embargo, la dramática situación de la Residencia de Ancianos Juan Crisóstomo Mangas, hizo que todo se tornase oscuro. Los datos que hemos manejado en todo este tiempo nos llegaban fundamentalmente desde la Alcaldía. No obstante, las alarmas se encendieron a finales de marzo, cuando la directora de la residencia, Olalla Odriozolla, comunicó que el virus había entrado allí. La situación empeoraba por días. El propio párroco José Gregorio Martínez decidió informar de la tragedia que se estaba padeciendo en este hogar de ancianos. Con más del 70% de los usuarios y trabajadoras  afectadas por la enfermedad, la residencia ha sido el lugar donde se han contabilizado prácticamente el 100% de las muertes que se han producido en Rute por coronavirus.

Ha sido un drama que ha mantenido en vilo a la población ruteña, y del que hemos podido dar cuenta puntualmente y a diario. En una situación tan delicada, nuestro compromiso fue informar siempre en base a fuentes fiables e identificadas. Lo contrario genera mayor confusión y malestar. Cuando nos llamaba un vecino, alguna residente, o cualquier persona para facilitarnos información de manera anónima, esta información jamás se publicaba a no ser que estuviese contrastada por una o varias fuentes más. No ha sido fácil, pues los datos por parte de la Junta no se hicieron públicos en su portal web hasta el 27 de abril. Para esas fechas la situación estaba controlada y comenzaba a remitir. Por desgracia, en la residencia ruteña se han vivido momentos de mucho dolor, amargura e impotencia. A las muertes por el virus se sumó la de una persona muy querida y apreciada en el pueblo, que decidió dejar este mundo. A él, con todo el cariño que despertaba entre la población, le dedicamos uno de nuestros editoriales radiofónicos.

Ésa fue otra de las novedades de nuestra programación durante el confinamiento. Por tanto, no hemos podido publicar los periódicos correspondientes a los meses de marzo o abril que es cuando con más virulencia el virus ha castigado al pueblo de Rute. Sin embargo, la emisora nos ha permitido realizar nuestro particular diario radiofónico sobre el coronavirus; un diario que nos ha ofrecido varias caras de una misma moneda. Por un lado, la de la crisis sanitaria, y en su reverso la económica. Esa otra crisis ha puesto en jaque a comercios, negocios o empresas de nuestro pueblo que durante este período se han visto abocados a la incertidumbre y al temor de tener que cerrar definitivamente.

Por otra parte, si la enfermedad ha sido la cara amarga, la solidaridad generada en el pueblo de Rute ha ofrecido la cara más amable de esta crisis. En ese sentido, hay que resaltar  el aluvión de iniciativas altruistas y el gran número de personas, colectivos, entidades o empresas que se han volcado para proporcionar material o lo que hiciera falta para paliar la situación. A nivel de comunicación local, todo ello ha generado más de doscientas cincuenta entrevistas, noticias en las redes que se han compartido más de mil quinientas veces o picos de audiencia diarios propios de programas especiales que se realizan con carácter anual o cuando se celebran unas elecciones municipales.

Este diario del coronavirus nos permitió compartir más de cuarenta voces de famosos y personas destacadas que mostraron su solidaridad con el pueblo de Rute. También el diario radiofónico tuvo su particular jornada de fiesta, con la conmemoración del día del libro, el pasado 23 de abril. En torno a una treintena de oyentes, conocidos y amigos, se sumaron con sus recomendaciones o contándonos qué libros estaban leyendo durante el confinamiento. Fue una mañana memorable: la radio y los libros convertidos en aliados inseparables en los momentos difíciles.

Ahora, recordando libros y cuando este periódico vuelve a sus lectores, cuando pasan poco más de ochenta días, desde que todo esto comenzó, volvemos la mirada hacia atrás y nos acordamos de esa fantástica novela de Julio Verne titulada “La vuelta al mundo en ochenta días”. Es entonces cuando tomamos consciencia de que los relatos y las peripecias contadas, como en la novela, van a formar parte de la historia de nuestro pueblo. El periódico que hoy pueden leer es una vuelta al coronavirus y a cómo nuestros vecinos han vivido un periodo que no olvidarán.

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