Editorial Julio-Agosto

Cuando pensamos en alguien que es capaz de sacar adelante un proyecto, principalmente se nos viene a la cabeza dos tipos de personas. Unas están más vinculadas al plano económico, como los emprendedores, dispuestos a arriesgar no sólo para ganar dinero sino también motivados por lo que supone ver crecer cualquier tipo de iniciativa empresarial. Otras pertenecen al ámbito social, aquellas que son capaces de liderar un colectivo, una asociación o un club deportivo. En ambos casos, suele ser gente más conocida o pública, y con capacidad de liderazgo. Pero además, existen infinidad de personas anónimas que, con su esfuerzo y trabajo diario y cotidiano, ya sean autónomos, médicos, maestros, trabajadores de diversa índole o estén encargadas de sacar adelante su hogar o familias, también demuestran su capacidad para alcanzar la meta deseada. Las motivaciones de todas ellas pueden ser bien distintas. Aun así, en todos los casos se trata de personas comprometidas y que son necesarias para construir una sociedad.
En Rute podemos presumir de contar con un tejido empresarial y social que goza de buena salud. Ahora quizá puedan estar en jaque, por la crisis sanitaria y económica. A estos grupos de personas se suman otras que, sin dejar de formar parte de algunos de los anteriores, les caracteriza el hecho de haber sido pioneros en las parcelas en las que han desarrollado su labor empresarial o cultural. En este sentido, hay dos nombres propios, a quienes no nos referimos por primera vez y que vuelven ser reconocidos y a estar de actualidad. Se trata de Anselmo Córdoba y José María Molina, directores y fundadores del Museo del Anís y de la revista literaria “Ánfora Nova”, respectivamente. Ambos son aplaudidos a nivel autonómico y provincial por los proyectos que lideran.
Al primero le honra haber sido pionero en un proyecto que ha sido capaz de generar sinergias a nivel local y provincial. Hace casi tres décadas, este ruteño enamorado del turismo rural, y todo cuanto significa, apostó por ligar la tradición anisera de nuestro pueblo con el turismo. En la actualidad el número de destilerías que prosperan en nuestro pueblo dista mucho de ser el que eran. Apenas si llega a la media docena las que quedan, frente a cerca de un centenar que había en los años veinte o treinta. En 1994 creó el Museo del Anís. Apostó por un binomio que ha sido imitado dentro y fuera de la localidad, con el que ha logrado que Rute sea el pueblo de la Navidad y uno de los más visitados de nuestra tierra durante la campaña navideña.
Por supuesto, no es mérito exclusivamente suyo. Los miles de visitantes que llegan hasta Rute entre octubre y diciembre no sólo vienen a ver el Museo del Anís. Desde esas fechas han surgido otros de sobra también conocidos en nuestro pueblo. Desde entonces, un puñado de empresarios de nuestro pueblo remaron, apostaron y trabajaron en la misma dirección. A todos ellos se les debe, unido a la apuesta del propio Ayuntamiento, que hoy Rute sea Municipio Turístico de Andalucía. Sin embargo, Anselmo fue el germen de toda esta historia, junto a otra asociación local, Adebo, a la que Rute también debe mucho. Son hechos indiscutibles.
El segundo ruteño, una vez más recientemente distinguido, es José María Molina. Este último ha sido capaz de apostar por un proyecto editorial desde su localidad natal. Rute y la revista Ánfora Nova son reconocidos a nivel nacional dentro del mundo de las letras, por premios Nobel, poetas o escritores de renombre, por la excelente labor y el cuidadoso trabajo y de prestigio desarrollado por este ruteño desde hace treinta años. Ambos merecen los reconocimientos recibidos y los que estén por venir. Y a ambos felicitamos desde este periódico local, tribuna de todo cuanto acontece y merece la pena resaltar de nuestro pueblo.
También en este periódico local de nuevo nos hacemos eco del proceso de restructuración que prevé llevar a cabo en breve la Cooperativa Agrícola de Rute. Por tercera vez en poco tiempo los agricultores y los socios de la cooperativa ruteña vuelven a ser protagonistas de esta publicación. Lo fueron en febrero, con la tractorada a la que se unieron cientos de agricultores de Rute en la carretera de Lucena, reivindicando precios justos para el aceite. Volvieron a estar de actualidad el mes pasado, tras concluir el estado de alarma, cuando el presidente de la cooperativa hacía balance de una campaña marcada por las negociaciones para dejar de formar parte de Dcoop y fusionarse con Almazaras de las Subbética. Y otra vez ahora, con esa asamblea general extraordinaria, donde se ha sondeado el estado de opinión de los socios en relación a un futuro que se va a decidir el próximo mes de septiembre.
El periódico ve la luz en agosto, en un mes insólito, en el que no se han podido celebrar las Fiestas Patronales. La Virgen del Carmen fue trasladada, un día del mes de julio, desde su templo a la parroquia de Santa Catalina Mártir, para poder llevar a cabo con mayor amplitud de espacio los cultos en su honor. Después, la Virgen volvió al alba, sigilosa a su ermita, tras el que debería haber sido su día grande.
Mientras, durante el verano hemos podido comprobar cómo, finalizado el estado de alarma, las diferentes obras o iniciativas municipales se han reactivado: caminos, parques o actuaciones en Rute y sus aldeas. No obstante, en septiembre se celebrará el primer pleno presencial desde que comenzó la pandemia. Han transcurrido casi seis meses en los que el rendimiento de todas las áreas municipales aún no está al 100%. Con septiembre también llegará la vuelta al cole. El curso se presenta con grandes dudas e incertidumbres, y estará en el centro del debate en pocas semanas.
Entretanto, apuramos un verano extraño, diferente, donde el tiempo de descanso o de las vacaciones no cumple con su tradicional sentido. Nada en este verano ha sido como siempre y todos hemos cambiado, con tiempo para reflexionar y con unas fuerzas cada vez más mermadas que debemos saber administrar para decidir en qué dirección queremos o podemos caminar. Es en este verano tan particular y que concluye cuando ve la luz un periódico local que es testigo de los tiempos que nos han tocado vivir.

Deja un comentario