Editorial enero 2022

El cansancio y el saber que no podemos bajar la guardia ante el dichoso virus hace que el comienzo del nuevo año resulte difícil. Desde marzo de 2020 no han dejado de sucederse en nuestro calendario realidades que antes creíamos imposibles, y que han dado al traste con muchas de nuestras ilusiones o expectativas. Pronto se cumplirá dos años del comienzo de la pandemia. Las sucesivas olas, cada una con sus restricciones, limitaciones, contagios y, lo que es peor, sus muertes, provocan que cada vez estemos más hartos de todo. La pandemia se ha convertido en nuestro principal talón de Aquiles. Cuando no es por nuestra salud, la preocupación y nuestra atención se desplaza a la situación económica que padecemos en forma de pérdida de trabajo o por esas sucesivas bajas que merman la producción de nuestras empresas. También con esta crisis sanitaria y económica algunos de nuestros proyectos se ven truncados, como los viajes previstos, los ansiados encuentros familiares o entre amigos, los intercambios escolares o las excursiones.
Obviamente, en nuestro pueblo los efectos de la sexta ola no están siendo tan devastadores como los de la tercera, que es la que atravesábamos hace ahora justo un año. Sin embargo, el desánimo empieza a cundir entre la población, y parece que urge cambiar el chip. Necesitamos ver crecer a los hijos e hijas en un ambiente de seguridad y con proyectos de futuro. Necesitamos sacar adelante nuestras casas, los trabajos, empresas o proyectos, sin sentir miedo o preocupación constante. Así, mientras en los medios de comunicación a nivel nacional oímos hablar de la inflación, el precio de la luz o el conflicto de Ucrania, en Rute el número de personas desempleadas del último mes se ha incrementado y el padrón municipal continúa bajando. Sin embargo, no podemos perder de vista de que ese aumento del desempleo ha llegado después de acumular siete meses consecutivos de bajada de esa lista del paro.
También es un motivo para sentirnos satisfechos el hecho de que Rute siga siendo uno de los municipios cordobeses con menor índice de paro. Respecto al padrón municipal, es verdad que continúa la sangría de población. En este sentido, Rute, como núcleo rural, sigue la tendencia nacional. No obstante, existen algunos datos más esperanzadores y que conducen a pensar que Rute sigue siendo un pueblo atractivo. Así, la pérdida poblacional de las últimas tres décadas es mucho menor que la que se produjo en las inmediatamente anteriores.
Como pueden comprobar en el artículo que hemos publicado en esta primera edición del año, en 1940 Rute contaba con 18903 habitantes. Treinta años después, en 1970 tenía 11205. Por tanto, en esas tres décadas nuestro pueblo perdió 7698 habitantes. En la actualidad el padrón municipal es de 9835. Respecto a los años 70 se han perdido 1370 habitantes. Por eso, aunque Rute tenga una tendencia poblacional negativa, su pérdida de habitantes es menor que en épocas pasadas. Queremos pensar que eso es debido en buena parte al hecho de que gozamos de un tejido industrial y un nivel de emprendimiento que hacen que nuestro municipio siga siendo próspero y atractivo. De ahí que la esperada ampliación del polígono no sólo deba ser una prioridad del equipo de Gobierno y una reivindicación constante de la oposición, sino una realidad que no admite más demoras.
Asimismo, cabe resaltar uno de los proyectos municipales que ven la luz con el inicio del nuevo año, y que, sin duda, aplaudimos. Nos estamos refiriendo al anuncio que ha hecho el alcalde Antonio Ruiz sobre la construcción de un sendero peatonal en una de las zonas y uno de los tramos de carretera más transitados por la población para pasear, caminar o correr. Sin duda, consideramos que es un gran acierto apostar por este tipo de infraestructuras. Da respuesta a las demandas existentes y a decenas de personas de nuestro pueblo que a diario usan esa zona para hacer deporte o senderismo. Por tanto, ojalá ese sendero sea una realidad más pronto que tarde. Son actuaciones de este tipo las que contribuyen al bienestar de la población, y de paso ofrecen la imagen de un pueblo más bello y saludable.
Finalmente, casi al cierre de este periódico, conocíamos la preocupación de un grupo de madres por la falta de pediatra en el Centro de Salud de Rute. La médica encargada de esa especialidad lleva más de dos meses de baja. No es la primera vez que no se sustituye a un profesional del Centro de Salud. Ahora, los socialistas reivindican un pediatra para Rute. Sin embargo, en reiteradas ocasiones los representantes populares, acompañados de actuales consejeros de la Junta, han reivindicado fisioterapeutas o que se cubran bajas generadas por las vacaciones del personal sanitario. Como diría Justa Gómez Navajas, en alusión al título de su columna de opinión, “Vivir para ver”. Y es que el descrédito que en ocasiones sufre nuestra clase política no es por casualidad.
Por lo demás, Rute ha afrontado el primer mes del año, con algunos nombres propios como el de nuestra querida doctora Pilar Llamas Sillero, que de nuevo está entre los mejores médicos de nuestro país; o personas como José María Molina Caballero, que no dejan de hacer crecer un proyecto que es referencia cultural a nivel nacional e internacional; o el escultor Luis Manuel García, que se estrena con una exposición muy íntima y personal, y que confía en que Rute pronto cuente con infraestructuras para que artistas y pintores locales puedan exponer en condiciones adecuadas y darse a conocer en su pueblo.
Para nosotros, los que trabajamos en los Medios de Comunicación Municipales, el recién estrenado año es muy especial. Se cumple el 25 aniversario desde que se creó este periódico local. También han pasado 30 años desde que comenzó a funcionar la emisora municipal y 20 desde que la página web nos permitió romper definitivamente con las barreras de la comunicación local. Son unas efemérides que esperamos poder celebrar y compartir con nuestros vecinos y vecinas.

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