Editorial Enero 2020

La pérdida de población es una tónica que se repite en la mayoría de los municipios cordobeses. Por tanto, ese hecho también se manifiesta en los pueblos de la Subbética. Sin embargo, en el último año en Rute esa sangría constante de habitantes ha sido menor que en otros vecinos. La comparación es válida tanto con localidades de mayor población como Cabra o Priego de Córdoba, donde el descenso de población ha sido más acusado, como si nos comparamos con pueblos menores como Carcabuey, Doña Mencía o Iznájar. En todos estos casos, como puede apreciarse en uno de los artículos que publicamos en este periódico, la pérdida de habitantes de Rute ha sido menor. Sin embargo, no es ningún consuelo. Ese descenso poblacional es una tendencia que se repite en los últimos años. Muy atrás queda la década de los 40 del siglo pasado, cuando Rute rondó los diecinueve mil habitantes. Durante las dos décadas anteriores la población ruteña ha girado en torno a los diez mil, con algunos repuntes en años como 2012, cuando hemos llegado a tener 10601. Por todo ello, la despoblación comienza a ser una de las preocupaciones de las corporaciones locales e incluso de la propia Diputación de Córdoba.
Revertir esa situación no es fácil. El comercio local se enfrenta a las ventas online y los pueblos que basan su economía en la agricultura o en el sector servicios corren el riesgo de que sus jóvenes se vean obligados a emigrar en busca de trabajos más cualificados. Por eso, el hecho de que empresas como Samafrava hayan apostado por un proceso de renovación y ampliación es muy buena noticia para el pueblo de Rute. Como bien decía su actual gerente, Manuel Córdoba, una empresa está obligada a crecer y adaptarse a los nuevos tiempos si no quiere correr el riesgo de desaparecer. La adaptación y anticipación de Samafrava a leyes y exigencias medioambientales no sólo ha propiciado que la empresa se mantenga sino que crezca. Y eso dice mucho de estos empresarios ruteños.
Afortunadamente, no es la única firma en alza en nuestra localidad. Cada vez son más las industrias ruteñas que reclaman no sólo operarios sino también mano de obra cualificada, ingenieros, economistas, abogados, informáticos o expertos en marketing y publicidad. Por tanto, la apuesta por el sector industrial como generador de empleo debe ser una de las prioridades del Gobierno municipal. El empleo que generan estas empresas y la industria redunda y repercute en el bienestar del resto del municipio. Las ayudas de la administración local a pequeños emprendedores, autónomos o comerciantes podría ser otra de las formas de luchar contra esa despoblación local.
Son cuestiones a tener en cuenta por nuestro Ayuntamiento. De momento, en el sector agroalimentario y del turismo seguimos haciendo los deberes y aprobando con nota. Rute de nuevo ha estado sobradamente representado en la última Feria Internacional del Turismo, Fitur, celebrada en Madrid. Además, la campaña de Navidad ha concluido con un número de visitantes que se mantiene en torno a esa barrera de los cien mil, y el paro en Rute descendió en el último mes del año.
Ahora nos adentramos en un mes de febrero bisiesto que va a estar protagonizado por el Carnaval y el tan merecido reconocimiento público que un año más recibirán nuestros paisanos de manos del Ayuntamiento. La celebración del Día de Andalucía el próximo 28 de febrero será una jornada festiva y de reconocimientos, con la entrega de los Premios Villa de Rute. Será un día de aplauso colectivo que también contribuye a hacer de Rute un pueblo mejor. Mientras tanto, seguimos pendientes del reconocimiento como Municipio Turístico de Andalucía.

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