Editorial Enero 2016

Enero es un mes de balances, de comienzo de un nuevo año, un mes en el que aún colea la Navidad y que se convierte en la antesala del Carnaval. Es un período también anunciador de la Semana Santa ruteña. En definitiva, es un mes de paso y propicio para algunas reflexiones: la de mejora personal, la de emprender nuevos proyectos o la de aprender algo diferente. A nivel local, aún continúan los ecos de los hechos acaecidos el pasado 22 de diciembre. Un altercado en la vía pública desencadenó la agresión de cuatro personas hacia una mujer de Rute, su padre y los dos agentes de la Policía Local que acudieron en su ayuda. Los actos han sido condenados desde todos los ámbitos e instituciones. Los primeros en hacerlo fueron los vecinos y vecinas de Rute que se concentraron en el centro del pueblo dos días después de lo ocurrido. En segundo lugar, los representantes de todos los grupos políticos con presencia en nuestro Ayuntamiento. Éstos tampoco dudaron en sumarse a dicha concentración. Además, desde el punto de vista institucional también lo han hecho en el primer pleno del año celebrado en enero, mediante una declaración pública de condena de los hechos y de apoyo incondicional a los agredidos.

Igualmente, los hechos han sido analizados en la Junta Local de Seguridad Ciudadana que con carácter urgente y extraordinario se ha reunido en Rute nada más pasar las fechas navideñas. En ella, el subdelegado del Gobierno lamentó lo ocurrido. En dicha reunión se ofrecieron  datos sobre el índice de delitos en Rute. El índice que se ofrece es favorable para el pueblo de Rute en comparación con el nivel de conflictividad de otros municipios de la provincia. Los datos fueron calificados de positivos, considerando las agresiones de diciembre como algo puntual.

Siendo todo esto cierto, por qué dudarlo, las declaraciones supieron a poco. José Antonio Primo Jurado dijo que este tipo de hechos deben ser analizados desde la calma y con prudencia para no provocar alarma. También es cierto, puesto que no queremos un pueblo violento, ni tampoco que nadie se tome la justicia por su mano. Sin embargo, la indignación y la impotencia que generan aquellos que agreden o siembran el miedo no deben quedar impunes. La población necesita respuestas; saber cómo se actúa y cuáles son las consecuencias para este tipo de conductas inaceptables; sentir que, si unos jóvenes pueden ser multados por alboroto público con 300 euros, o cualquier buen vecino es multado por no llevar el cinturón o aparcar mal su coche, este tipo de actos también es contestado con contundencia.

Para concluir, desde estas líneas nosotros también queremos expresar nuestro apoyo y afecto a la familia víctima de estas agresiones y a los dos agentes de la Policía Local. Afortunadamente, enero nos ha dejado otra cara más amable, la del reconocimiento que rinde el pueblo de Rute a personas, empresas o entidades sociales o culturales por su buen hacer y su trayectoria. Nos referimos a los Premios Villa de Rute, que otorga nuestro Ayuntamiento. A todos los premiados, nuestra más sincera enhorabuena. Es un ejercicio de generosidad, que honra al pueblo de Rute, a quienes los conceden y a todos los que se alegran y aplauden el buen hacer de sus vecinos.

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