Editorial Abril 218

Las concentraciones, las manifestaciones y los actos públicos de protesta han tenido un papel destacado durante el mes de abril en nuestra localidad. Previamente, en marzo, los pensionistas y las mujeres tomaban la calle para reivindicar sus derechos. También en ese mes Rute y sus aldeas sufrían una oleada de robos. Sin embargo, en el que acaba de concluir, lejos de apaciguarse el malestar ciudadano, éste se ha incrementado. De hecho, la foto de portada de la presente edición refleja las protestas por la  inseguridad generada entre los vecinos de la aldea ruteña de Llanos de Don Juan y de otras localidades limítrofes. Estos vecinos han manifestado sentirse indefensos y temerosos de que, en cualquier momento, puedan entrar en su domicilio.

No ha sido la única manifestación de este último mes. Los socialistas celebraban un acto político para reivindicar la revalorización de las pensiones. Asimismo en abril los representantes de la Junta Local de la AECC se concentraban públicamente, a través de la lectura de un comunicado, exigiendo al Parlamento Andaluz la prueba de cribado generalizada como medida de prevención del cáncer de colon. Y de nuevo las mujeres de nuestro pueblo, y algunos hombres, han salido a la calle este mes. En esta ocasión ha sido para manifestar su disconformidad con la sentencia judicial de “La Manada”.

Probablemente, este último asunto es el que más ha dado de que hablar entre amigos, en las tertulias de café, en casa, y por supuesto en los medios de comunicación. El debate ha tenido dos juicios paralelos: el dictado por los jueces y el librado en las redes sociales, la radio o la televisión. Y es que, resulta realmente difícil de comprender cómo se pueden cometer actos que resultan tan denigrantes y vejatorios para la mujer. La gente no entra a juzgar si son nueve, quince o veinte años los que corresponden por los delitos cometidos. Sin embargo, a cualquier ciudadano de a pie le resulta difícil de entender que lo ocurrido haya sido juzgado como abuso sexual y no como una violación. Por tanto, los partidos políticos deberían sentarse y plantearse si hay que cambiar el código penal; plantearse, como apuntan algunas autoridades europeas, que cualquier acto sexual realizado sin consentimiento es una violación.

Lo que sí está claro es que la población cada vez está más en la calle y cada vez siente que obtiene menos respuesta de sus políticos. No obstante, los que opinamos, los que nos manifestamos, la gente en general, también debemos contribuir a poner cordura en algunos asuntos. En este sentido, un colaborador de esta casa manifestaba en las redes sociales lo siguiente: “Siempre he repetido cientos de veces a amigos, conocidos y desconocidos, a mi propio hijo, que no está bien generalizar. Que no se trata de color, raza, género, etc. Que el mundo se divide en gente buena, mala o directamente en hijos de puta. Sin embargo, no puedo aceptar que por el hecho de ser hombre ya soy malo. Lo siento”. Evidentemente, la solución no está en subestimar la violencia contra las mujeres, pero tampoco en culpabilizar a los hombres por el mero hecho de pertenecer al género masculino.

A margen de las protestas en la calle, abril ha sido de nuevo el mes del libro. Desde hace años, en todos los centros educativos, llegadas estas fechas, se llevan a cabo actividades de fomento de la lectura. Sin embargo, nuestros jóvenes cada vez leen menos. Algo está fallando. Es otro tema para el debate y la reflexión, pues una sociedad inculta y poco instruida es más vulnerable, menos crítica y presa de las corrientes populistas.

Para concluir, abril anuncia mayo, el mes de las fiestas de la Vera Cruz y de la Morenita. Las fiestas de nuestro pueblo que se viven con alegría e intensidad. Unas, las de la Vera Cruz, son fiestas de hermandad, de convivencia entre los vecinos del barrio y en torno a las cruces de mayo. Otras, las de la Morenita, son fiestas con sabor a romería, que atraen a cientos de personas hasta nuestro pueblo y que representan una expresión del sentir popular y de las tradiciones transmitidas a lo largo del tiempo de generación en generación. Por tanto, llega mayo, un mes en el que las manifestaciones y las concentraciones populares, en este caso, serán festivas y de devoción popular.

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