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Con el lema “Despierta tus sentidos”, la Mancomunidad organiza este certamen para difundir los atractivos de la comarca a través de distintas percepciones sensoriales
Por sexto año, la Mancomunidad de la Subbética ha organizado el Maratón Fotográfico denominado “Despierta Tus Sentidos”. El objetivo de esta iniciativa es difundir los valores sensoriales que transmite la comarca: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. El concurso, canalizado a través del área de Turismo de la Mancomunidad, ha contado con una veintena de participantes. Los inscritos tenían que recrear en una imagen cómo huele la Subbética, cómo suena, qué se puede ver, a qué sabe y qué tocar, siempre desde el prisma del fotógrafo. Con esas premisas, debían captar una sensibilidad y una imagen diferente de la comarca.
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En total, se han presentado doscientas fotografías de las que han sido premiadas diez. Por tanto, para cada categoría o sentido asociado a la imagen, había dos premios. En todos los casos ha consistido en un cheque nominativo de cien euros para cada autor ganador. Por dos veces ha sido reconocido el fotógrafo ruteño Juan José Camargo. En concreto, ha visto cómo el jurado valoraba imágenes suyas presentadas en la modalidad de Olfato y en la de Tacto.
En una y en otra categoría, Camargo presentó fotografías del entorno de Rute. La de la modalidad de Olfato recoge una floreada estampa del Pantano vista desde la Sierra, a la altura de la reserva de burros de Adebo. Por otra parte, a la hora de plasmar “qué se puede tocar” en la Subbética, eligió una instantánea de lo más original: un ciclista pisando con su bicicleta uno de los muchos carriles que circundan el término de Rute y que invitan a rutas senderistas de todo tipo. La sugerencia de la imagen se ve reforzada con una panorámica del pueblo y la Sierra al fondo.
Aunque ha sido el único participante local premiado, los atractivos del municipio están reflejados en otras fotografías. Es el caso de Marta Ayllón, de Cabra. En la modalidad de Gusto plasmó un bodegón con algunos de los productos gastronómicos más significativos de la comarca. Entre ellos, aparece el emblemático anís de Rute, junto al no menos típico y apetecible turrolate.
