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Ha sido la mantenedora de esta cita de tintes poéticos que alcanzaba su trigésimo quinta edición
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Roldán introdujo en prosa varios pasajes bíblicos sobre la Virgen para a continuación recrearlos en verso
Cada año los Juegos Florales marcan el arranque de los días grandes de las Fiestas de Mayo que celebra la cofradía de la Vera Cruz. Desde hace 35 años esta cita aúna el aspecto religioso con el cultural. Nacieron además con la idea de fomentar la afición a escribir poemas entre los escolares de Rute. Lo recordaba el presidente de la cofradía, Francisco de Asís García. De ahí que al pregonero se le llame mantenedor, por ese ingrediente cultural añadido. Como también recordó, en esta ocasión el pistoletazo de los días grandes se daba unas semanas antes, con la exposición conmemorativa del cincuenta aniversario de la revista. Para el alcalde Antonio Ruiz esa perspectiva y actos como estos Juegos Florales demuestran que la cofradía de la Vera Cruz es parte del patrimonio de Rute. Al mismo tiempo, cada vez es más fuerte la apuesta por potenciar el mayo ruteño, tanto con estas fiestas como las de la Virgen de la Cabeza o la participación de espacios del municipio en los concursos comarcal y provincial de patios, balcones y rincones. De hecho, ha sido uno de los atractivos que se ha promocionado en la reciente B-Travel de Barcelona.
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El papel de mantenedora ha correspondido este año a Dolores Roldán, que no ocultó que suponía una responsabilidad estar a la altura. Pero también era un privilegio clausurar unos Juegos Florales en los que ella misma también hizo sus pinitos en su día. Antes de su intervención, los escolares y los jóvenes de Rute ganadores de esta edición leyeron sus respectivas composiciones. En categoría infantil, el primer premio ha correspondido a Pablo Baena Comino; el segundo, a Rocío Sánchez Pérez; y el tercero, a María Baena Comino. En categoría juvenil, el primer premio y Juego Floral ha sido para Matilde Adamuz Ramírez, mientras que el premio al poema más popular se lo ha llevado Natalia Gómez Ramos. El segundo premio ha recaído en Fátima Rabasco Ruiz y el tercero en Óscar Gómez Ruiz.
Completadas las lecturas, llegó el turno de la mantenedora. Francisco de Asís García esbozó su amplia trayectoria cofrade, y destacó cómo, pese a vivir treinta años en Granada, no había perdido sus raíces ruteñas hasta regresar a su pueblo. Dolores Roldán contó cómo el padre del presidente, Manuel García Iturriaga, le había trasladado la propuesta en Navidad. Aceptó y se tomó un tiempo antes de empezar a ordenar y dar forma a sus ideas. Pasaban las semanas y no arrancaba con su discurso, así que decidió encomendarse a la Virgen para que esas ideas fluyeran. Roldán comenzó su alocución remontándose a su infancia. De entonces le queda en la memoria “la luz” de estas fiestas, a través de sus flores. También recordó cómo la calle Granada se engalanaba para las tradicionales carreras de cintas.
Tras esta introducción por su propio pasado, la mantenedora trazó una semblanza de la figura de la Virgen y su papel. Jugando con algunas de las advocaciones marianas, se refirió a la Soledad o a la Virgen de los Dolores, como sentimientos. En su alocución alternó la prosa y el verso, pero nunca de forma casual. Roldán fue introduciendo en prosa diferentes pasajes bíblicos donde aparece la Virgen: la Anunciación, la visita a su prima Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Presentación del Niño en el templo, cuando éste se pierde, o las bodas de Caná, convirtiendo el agua en vino. Introducido cada pasaje, la mantenedora lo iba recreando en verso, según su personal punto de vista.
Así fue hilvanando hasta llegar a los tres años de vida pública de Jesucristo, donde la Virgen “pasa a un segundo plano”. Para concluir, quedaba la Asunción, aunque dejando aquí una parte como es la presencia de la Virgen de la Sangre. Por eso, para la mantenedora éstas son unas fiestas “de color, donde se cambia el negro por el granate”. Es, según sus palabras, una Virgen que va “detrás de una cruz triunfante, vacía porque Jesucristo ha resucitado, y que a la vez es el símbolo de la fe”. Con ese planteamiento, invitó al vecindario del barrio a que cuando pase por sus puertas la miren “en lo profundo de sus ojos”. Roldán terminó con un guiño a Bécquer y su archiconocido “poesía eres tú”, parafraseado en honor a la Virgen. Para el final, le aguardaba la emotiva sorpresa de que sus nietos le regalaran un ramo de flores. Se adelantaron al que le tenía reservado la cofradía junto a la placa de recuerdo como mantenedora de estos XXXV Juegos Florales.
