Dime de qué presumes…

Si algo nos enseña el refranero popular es que aquellos que hacen gala de algo, es precisamente de lo que menos podrían hacerlo. Y es que son los partidos que se autodenominan como Constitucionalistas los que obran con acciones más que alejadas de los principios rectores de nuestra Carta Magna. En el caso del PP, que además se autodenomina Demócrata, intentando bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial, un mandato CONSTITUCIONAL que no está acatando porque en ello le va perder el poder de representación en los órganos judiciales que antes tenía, pero que ahora le ha quitado el PUEBLO ESPAÑOL, ese en quien según la Constitución reside la SOBERANÍA. Aun así, ellos quieren torpedear y excluir de dicha renovación a un partido que está cogobernando con la misma legitimidad que otorgan las urnas a todos, pero que solo consideran válida cuando son ellos los que gobiernan. He ahí también la idea prostituida de democracia que subyace en sus más que conscientes actos, y que hay que poner de manifiesto para desenmascarar las entrañas de un partido que tiene más que esconder que de lo que enorgullecerse. Un partido lleno de incoherencias comandado por un Capitán de un barco en el que cuando empieza a hacer aguas salen a la luz más ratas de las que se bajan. Y ahí está Pablo Casado, brocha en mano, intentando encalar el nicho de blanco, un lavadito de cara que no termina de sacar la podredumbre de su interior, de su ADN, como dirían ellos en una metáfora nada afortunada.
No es de extrañar que con este modus operandi hayamos tenido por primera vez un vídeo institucional de la Junta de Andalucía con poco decoro, por no decir irrespetuoso, hacia los sentimientos e ideales de las andaluzas y andaluces que lucharon activamente y de forma pacífica en las calles para alcanzar la tan ansiada autonomía que se nos quería arrebatar. Ahora, con el PP en el Ejecutivo andaluz, tenemos que ver un video promocional del Día de Andalucía en el que NO APARECE LA BANDERA BLANCA Y VERDE, pero sí difuminada una de España en un balcón. Tenemos que ver un vídeo en el que la voz en off es típicamente castellana, sin deje ni acento andaluz. Tenemos que ver un vídeo de imágenes de archivo, incluidas tomas de Florencia, con ausencia de las imágenes típicas andaluzas. Y lo que tendremos que ver… si siguen por estos derroteros de diluir la identidad andaluza, de querer homogeneizar sentimientos, cuando la riqueza de nuestra tierra reside precisamente en su carácter variopinto, en sus divergencias culturales y lingüísticas, en sus diferentes puntos de entender la vida, la cultura y la diversión… Somos diferentes, y por eso tenemos el valor que jamás podrán arrebatar a Andalucía, el de su idiosincrasia, pese a que los que ahora gobiernan esta tierra de luz y color quieran teñirla con el blanco y negro del NoDo empujados por una “voxecilla” que les condiciona sus acciones, o quizá hasta les venga bien para tomarlas con una excusa sórdida.
Pese a todo, la luz irrumpirá con fuerza. Ahora toca remar para alcanzar los objetivos prioritarios que como sociedad tenemos por delante: la salud y la recuperación económica. Y pese a que ya está siendo vacunada la población, no queremos dejar de lanzar una más que razonable advertencia: las vacunas evitan enfermar con síntomas graves, pero no el contagio ni la transmisión del virus. Os pedimos desde estas líneas que pese a estar vacunados sigamos adoptando todas las medidas preventivas que hasta ahora se han demostrado eficaces en la lucha contra la COVID-19. No podemos bajar la guardia si queremos alcanzar un nivel de incidencia acumulada lo suficientemente bajo de aquí a verano. Es responsabilidad de todos acatar las directrices sanitarias, pese a que en muchas ocasiones nos parezcan injustas, para poder tener la certeza de que en poco tiempo podremos volver a vernos sonreír, sin más miedo que el de contagiarnos la sonrisa. Por ti, por tu familia, por todos los demás, sigamos siendo responsables, que la luz al final del túnel ya empieza a tener el brillo que todos esperábamos.

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