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Ha sido el segundo concierto del Ciclo de Música Clásica, que este año recorre las instalaciones de algunas empresas gastronómicas de Rute
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El concierto supuso el estreno del pasodoble “Machaquito” y la “Palindromía flamenca”, con el acompañamiento de Antonio González a la guitarra solista
Si hay un concierto esperado en el Ciclo de Música Clásica, organizado por la concejalía de Cultura, ése es el de la Banda Municipal. Cada año se busca que caiga lo más cerca posible del 22 de noviembre, onomástica de Santa Cecilia, patrona de la música. La concejala Ana Lazo corroboraba esa expectación, asegurando que hay gente de fuera que llama para preguntar por la fecha. Cuando la conocen, reservan plaza en Rute ese fin de semana, “comen en sus restaurantes y duermen en sus hoteles”. En esta ocasión, la cita ha llegado el sábado 19 y en un escenario inédito. Dentro de la novedad de llevar los conciertos a las instalaciones o los museos de las empresas gastronómicas de Rute, el turno esta vez ha sido para las destilerías de Anís Machaquito. Se han aunado así en un mismo espacio dos emblemas de la localidad: la entrañable Banda Municipal y el aguardiente. Se ha reafirmado además el objetivo principal de unir turismo y cultura. Sólo se encontraron con un contratiempo. A priori, estos conciertos no son de masas y las instalaciones de Machaquito tienen unas dimensiones considerables. Sin embargo, casi se quedan pequeñas ante el tirón popular de la banda.
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El destino ha querido que la primera vez sea dentro de este ciclo, pero el director Miguel Herrero no ocultaba que llevaba tiempo queriendo tocar en las destilerías. Ya hubo un avance con motivo del Geopark Weekend, para conmemorar la declaración del Parque de las Sierras Subbéticas como geoparque por parte de la Unesco. La banda tocó entonces en estas mismas instalaciones, aunque fue algo testimonial. Como concierto propiamente dicho, Herrero matiza que no se había tocado “al menos en los últimos cincuenta años”. Para lo que sí sirvió la experiencia del Geopark Weekend fue para comprobar la acústica de las instalaciones “y que el concierto fuera del agrado del público”. Desde luego, la puesta en escena no pudo ser más original, conviviendo en apenas unos metros los timbales y los clarinetes con los alambiques y las serpentinas.
Además de acariciar la idea de tocar en un lugar así, el director confesó otra tentación que le ronda desde hace tiempo: la de un “concierto monográfico de los anisados”. Asegura que hay muchos pasodobles dedicados a toreros o marcas de anís, “y los que no hay se pueden componer”. De momento, esta actuación permitió escuchar por primera vez de manos de la banda el pasodoble “Machaquito”, compuesto en 1903 por Juan Manuel Martín Perales. El mismo día del Geopark Weekend, el gerente de Machaquito, Rafael Reyes, le había entregado la partitura para piano. Herrero intuye que debe de haber una versión para banda, pero no la tienen y él mismo se ha encargado de la adaptación.
No sería el único estreno de la noche. El director aclaró que tras el verano suelen tener algo más de tiempo para ensayar piezas nuevas, como una selección de Tchaikovski. Las novedades no se ciñen sólo al repertorio. También se ha incorporado instrumental para la “Palindromía flamenca” de Antonio Ruda, en la que se contó con la guitarra solista de Antonio González Écija, además del también guitarrista Álvaro Ponce, el cajón flamenco de Jaime Aguilera y el saxo solista de María Jesús Caballero. Son novedades que se dan la mano con el programa de villancicos que se prepara en estas fechas de cara a la Navidad.