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En un acto celebrado en la sede de la Diputación, la organización agraria ha puesto en valor la trayectoria de Pascual Rovira en defensa del burro en la Sierra de Rute
La asociación ecologista Adebo, y en especial su impulsor y alma máter, Pascual Rovira, sigue recibiendo menciones por la labor conservacionista con el burro que lleva a cabo en la Sierra de Rute. En esta ocasión, el reconocimiento ha llegado de la mano de la organización agraria COAG, en un acto celebrado en el Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba. Allí se ha celebrado la gala de entrega de las distinciones enmarcadas en el proyecto de COAG denominado “Sector primario, un nicho de empleo por explotar”. Se trata de un proyecto impulsado por dicha entidad con la colaboración de la Delegación de Empleo de la institución provincial.
- La institución destaca que el mundo rural y la agricultura son indispensables y constituyen una riqueza para la provincia de Córdoba
Durante dicha entrega, el diputado provincial de Empleo, Miguel Ruz, destacó que desde la delegación que ostenta se apoya esta iniciativa “porque el mundo rural y la agricultura son indispensables”. Según ha apuntado, en la provincia de Córdoba vivimos “en la huerta de Europa” y, sin embargo, “no reparamos en esta riqueza”. Ruz cree que el mundo rural está “muy vivo”, pero hay que apostar por él. Por eso, considera que estos premios son “un granito de arena”. Por su parte, José Alonso Cerdilla, presidente emérito de COAG, ha expresado su agradecimiento a los premiados y ha insistido en “el papel de las mujeres y los jóvenes” en este ámbito.
Desde que Adebo se constituyó en 1989, Pascual Rovira ha compaginado esa labor ecologista con la de sensibilización en torno al burro. De esta forma, durante más de tres décadas se ha dedicado a rescatar ejemplares abandonados o en mal estado de cautiverio y ha contribuido a la conservación de la especie, en especial de la raza andaluza. Al mismo tiempo, ha fomentado campañas para cambiar la imagen peyorativa de este animal tan necesario en nuestra cultura, en especial en núcleos rurales como el entorno de Rute. Para ello, Rovira promovió lo que denominó “una corriente de simpatía” con estos équidos que acabó por concienciar a personalidades de todo tipo, desde escritores y músicos a la propia Reina doña Sofía.
