-
La lluvia, o la amenaza de su presencia, deslucieron los pasacalles del segundo fin de semana y sólo los “jartibles” desafiaron a la meteorología para vestirse y salir
Galería Pasacalles Domingo de Piñata
Como casi toda la semana de celebración de esta fiesta, el final del Carnaval ha venido marcado, y deslucido, por la lluvia. Su presencia o su amenaza han condicionado los dos pasacalles, el temático del sábado y el del Domingo de Piñata. En ambos casos, estuvo hasta última hora en el aire que se llevaran a cabo. En el caso del temático, dedicado en esta edición al mundo de Hollywood y el cine, se sabía de antemano que el programa se podría desarrollar, al menos en parte. La idea era que, si llovía en Rute a las cuatro de la tarde, hora de arranque, se adelantara la animación en la carpa del Paseo del Fresno. Dadas sus dimensiones, las actuaciones previstas se podían mantener.
Finalmente, la tregua mínima que había dado el cielo en la sobremesa animó a la comitiva a salir. Sin embargo, pronto comenzó un nuevo sirimiri. Ello, unido al frente nuboso que asomaba por la sierra de Lucena incluso por la parte norte del pueblo, hizo desistir. Así, la batucada Arte Samba, las charangas Los Piononos y Silosé Novengo, y el resto de participantes, optaron por darse la vuelta en la calle Fresno, a la altura de “La Guitarrilla”, giraron por la plaza Nuestra Señora de la Cabeza y regresaron a la carpa del Fresno, donde continuó la animación de DJ y actuaciones durante el resto de la tarde-noche.
Noticias relacionadas
Similar panorama pintaba en la sobremesa del Domingo de Piñata, con un agravante. Este pasacalles familiar partía y terminaba en el Paseo Francisco Salto, donde no se puede colocar una carpa de las dimensiones de la del Fresno. Por tal motivo, la actuación prevista a la una de la tarde allí mismo ya se había cancelado. En vista de que a las cuatro de la tarde, hora de comienzo, la lluvia había dado una tregua, se decidió salir poco después.
Incluso sobre la marcha se barajó que, en lugar de subir al Barrio Alto, la comitiva cortara por la calle Pedro Gómez. Al final, se hizo el recorrido completo. No obstante, el tiempo desapacible, con frío y viento, y el riesgo de más precipitaciones, que seguía existiendo, echó atrás a mucha gente. No faltaron las charangas y la batucada, además de las murgas, que se sumaron al cortejo. Pero fue poca la gente que a título particular o en grupos de amigos o familiares, se animó a vestirse.
Así concluía un Carnaval limitado, que no ha podido lucir todo lo deseable en la calle, donde la afición asegura que se disfruta más. Con todo, no han faltado en Rute los “jartibles”, como se conoce en el argot carnavalero a quienes ni se cansan ni se rinden, a quienes se visten a diario y salen contra viento y marea. Su persistencia ha “salvado los muebles” y ha vencido a la lluvia, que no ha podido con una de nuestras tradiciones más señeras.