Apuntes de arqueología ruteña

Estimado lector, en el año 2020 comenzó un proyecto que tenía como principal interés el desarrollo e investigación del patrimonio arqueológico de Rute. Hoy, después de casi tres años, podemos confirmar el éxito de la primera fase; la cual consistía en la identificación de los yacimientos existentes. Hablamos de primera fase porque esta iba a suponer el primer paso, la primera experiencia y sinceramente los resultados nos animan a proseguir, tanto por el apoyo institucional, como por el cariño de nuestros vecinos.
En Rute, a diferencia de muchos pueblos vecinos, la arqueología no se ha desarrollado apenas, contamos con cuatro intervenciones controladas. Dos de ellas prospecciones y las dos restantes son actividades de urgencia, como es el caso de la Almazara romana del Pamplinar. Podríamos enumerar una lista bastante extensa de diferentes actuaciones arqueológicas en nuestro territorio circundante, pero preferimos virar a lo positivo y animar a participar en un proyecto ilusionante. Sinceramente, debo reconocer que me encuentro satisfecho, no en todas las investigaciones se logra duplicar el número de yacimientos; antes existían en torno a cincuenta ahora podemos confirmar el centenar. Ahora contamos con datos que pueden ayudar a rescribir nuestra historia, ahora cobra más sentido pelear por nuestro Rute Viejo, prácticamente ahora, se puede comenzar a trabajar. Aunque resulte nimio no se puede conservar, proteger, estudiar o investigar lo que no se conoce. Por esta razón era tan importante comenzar por la tarea más ardua, que no es otra que recorrer los 132 km2 que conforman Rute, con todo lo que acarrea una investigación científica. En resumen, una autentica odisea.
Una vez finalizada la primera fase de identificación, pretendemos continuar con una segunda que hemos denominado como: Protección y Difusión. Si, aunque todos tengamos ganas, aún nos queda un largo camino hasta la investigación; no se debe investigar (excavar) lo que no se puede proteger. Con la intención de ir dando pasos, lentos pero firmes, hemos propuesto proteger los yacimientos que se encuentran en peor estado o en mayor peligro. La protección se puede ofrecer por varias vías, someramente la activa y la pasiva. La activa consiste en utilizar diferentes medios con el fin de evitar saqueos o destrucción, mientras que en la pasiva encontramos la legislación. Para Rute hemos considerado una mezcla, es decir utilizar barreras que puedan ser reforzadas mediante legislación; sobre esta última también nos encontrábamos bastante retrasados frente a otros ejemplos. En cuanto a la difusión, ahí entramos todos, se trata de una tarea colectiva. Paso a reiterar, no se puede conservar e investigar lo que no se conoce, pero no desde la perspectiva institucional, sino desde la perspectiva de un ruteño de a píe. Para conseguir el éxito, los ruteños debemos conocer lo que tenemos, lo que nos pertenece como sociedad; este objetivo pretendemos cubrirlo con una serie de rutas temáticas que permitan redescubrir nuestro patrimonio.

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