Aceites Mirasol culmina su campaña más exitosa

  • Así lo asegura su director general, Alfonso Gordon, que destaca la consecución de seis primeros premios “absolutos” en diversos concursos internacionales

El director general, Alfonso Gordon, y el gerente, Francisco Trujillo, principales artífices de esta serie de reconocimientos

Últimos premios  y balance de la campaña de Conde de Mirasol

La empresa Aceites Mirasol S.L. sigue recabando premios a nivel internacional. En la temporada 2018-2019 los ha tenido con sus dos marcas de virgen extra (AOVE): la que lleva el nombre de la firma, cuya aceituna se recoge en la primera semana de noviembre; y Hadrianus, que se coge a primeros de enero. Gracias a ello, la actual campaña ha sido la más exitosa de su fulgurante historia. Así lo sentencia su director general, Alfonso Gordon. Como matiza, es una trayectoria corta en el mercado, aunque heredera del trabajo de varias generaciones. Apenas llevan cuatro años de cara al público, después de otros tantos “intentándolo”. Pero ni él ni el gerente, Francisco Trujillo, esperaban que esta cuarta temporada fuera tan redonda. Han recogido primeros premios en concursos de países tan diversos como Italia, Grecia, Alemania o Francia.

Aún queda el concurso Olivinus, en Sudamérica. Al celebrarse en septiembre, se puede ver “la evolución del aceite en botella en estos meses”. De momento, el AOVE Conde de Mirasol suma diecisiete reconocimientos, más otros dos de Hadrianus. Entre ellos, destacan seis primeros premios absolutos. Del que más “orgulloso” se siente es el de los Premios Mezquita, porque refleja “la progresión” desde que acudieron por primera vez. Antes no lo habían hecho por entender que no tenían suficiente calidad. Sin embargo, el objetivo siempre fue el mismo: “convertir el aceite de Rute en una leyenda”.

El director general confiesa que pensaban que no podrían superar el nivel de calidad de la campaña pasada. Pero cree que lo han logrado en la actual y confían en mejorarlo en el futuro. En la parte de molturación queda poco margen, pero sí puede haberlo en las técnicas de recogida. El que se factura con la marca Conde de Mirasol es el primero que se cosecha y el que se comercializa como Hadrianus se recoge poco después. Admite que da “vértigo” ver que se colocado este aceite entre los mejores del mundo “sin discusión y reconocido por todos los catadores”. Superar esa cota es un reto y una responsabilidad, pero a la vez “una pasión, porque esto no se consigue sin pasión”.

Al margen de la producción, Conde de Mirasol continúa su vertiente solidaria ayudando a la comunidad misionera San Pablo Apóstol, en Kenia. El año pasado se llevó a cabo la “ruta del agua”, un viaje en moto por diversos países africanos, con el que se recaudaron fondos para la construcción de un pozo en el poblado de Atapar. Gordon ha dado las gracias al pueblo de Rute por su colaboración y ha adelantado que este año tienen en mente otro proyecto. Quieren financiar un huerto, cuyo coste supone veinticinco mil euros. Para ello, ha planificado otra ruta recaudatoria que le llevará por ocho países africanos en marzo del año que viene. Además, a la vuelta de este verano celebrarán un concierto benéfico en Rute (en la sede del Molino Nuevo), con artistas locales.

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