A seguir remando

Somos muchos los que exigimos de nuestros políticos altura de miras, capacidad de sacrificio y sentido de Estado. En éste mes de octubre, parece que hemos solventado una de las grandes preocupaciones de nuestra sociedad. La sensatez que el pueblo pide a sus dirigentes se hace patente, por fin, dando como resultado el que la mayoría de los españoles votó con alma y pensamiento.
El resultado, una cámara baja pluricolor pero con uno destacado sobre los demás. La mayoría, ese término que algunos pretenden denostar ahora, pero que es el representante de la filosofía de nuestro ser político, la democracia. Entender esto último parece un ejercicio de sensatez, y lo es, que nuestra sociedad pide en un sentido intraespectral y que no todos quieren atender. Existiendo, como así es, un apoyo mayoritario a continuar con una gestión como la ofrecida por Mariano Rajoy en los últimos cuatro años, todavía hay quien no ceja en su inargumentado berrinche, quien no sabe respetar el sentir de la mayoría y quien quiere imponer, que no proponer, su ego sobre el común pensar. Éste es el caso de los de Iglesias y los de Garzón, Podemos e IU que pretenden justificar el rechazo a la opinión del pueblo, a su decisión, a su elección, solo porque no son ellos los elegidos por este soberano ente. ¿Qué trasnochado pensamiento este no?
Se presenta una legislatura novedosa para nuestra joven democracia, y exigiremos de nuestros políticos capacidad de consenso, diálogo y la necesidad de que se antepongan los intereses de un estado que busca el bienestar común, ante los egos políticos como el del marchito Pedro Sánchez. Este último, sin duda, causante de un gasto económico sin precedentes en la historia de las elecciones de este país y que de seguro no causa peso en su conciencia adinerada, incapaz ésta de ver las necesidades que se podrían haber cubierto con tan significativo despilfarro económico. Otra vez más, un político despilfarra nuestros carentes recursos en caprichos personalistas.
El reto del Partido Popular está asumido, a seguir remando para llevar a buen puerto este buque llamado España.
Volviendo sobre nuestro pueblo no podemos obviar la llegada de nuestras dos grandes campañas, la navideña y la de la aceituna. Meses de tradición, prosperidad y trabajo que harán que nuestro pueblo se llene de vida como si de una primavera se tratase. Los dirigentes, los que de un modo u otro tenemos responsabilidad, capacidad de gestión o representamos a nuestros vecinos, tenemos que estar al pie del cañón, arremangarnos y meternos al tajo. En nuestro empeño siguen patentes nuestras luchas, las de la legislatura anterior, por las que creamos convenios con la Diputación para apoyar nuestro sector navideño, o en las que priorizamos la vigilancia en nuestros campos. Luchas que ahora son continuadas, pero que necesitaron de nuestro impulso para ser creadas.
Ahora seguimos en el trabajo y lo hacemos viendo en el espejo del anterior año los ámbitos de mejora por los que luchamos, comunicaciones, entradas de nuestro pueblo, limpieza de nuestras calles o el arreglo de los caminos de nuestros campos. Volcados con nuestra primavera ruteña, con nuestra campaña en la que año tras años vemos como los emprendedores ruteños dan todo de sí y todos nos sorprenden día a día, año tras año.
Nosotros, seguiremos generando ideas, vigilantes y participativos, no cejaremos nuestra labor exigiendo a nuestro Ayuntamiento un esfuerzo para cumplir con nuestros ciudadanos, para estar a la altura de nuestras necesidades. Desde aquí desearos prosperidad en los meses venideros. A seguir remando.

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