Se cierra el año agrícola con mayor registro de precipitaciones en Rute

Estado del rio la Hoz en la actualidad

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El 31 de agosto concluía el último año agrícola, cuyo contador se pone a cero cada 1 de septiembre. El que se acaba de cerrar ha sido el de mayor cantidad de precipitaciones en Rute desde que comenzó a hacerse un cómputo oficial estos datos, en 1970. En concreto, en los últimos doce meses se han recogido 1.123,4 litros por metro cuadrado. De esta forma, aunque por muy poco, se ha superado la anterior marca, correspondiente al período 2009-2010. Entonces, las lluvias alcanzaron los 1.120,8 litros. Curiosamente, después de tres meses con ausencia de lluvias, ha sido en los últimos días de agosto, con las típicas tormentas veraniegas, cuando han caído esos litros que han permitido batir la cifra de hace tres años. Así, el fuerte chaparrón caído en la noche del 28 de agosto dejó en poco más de una hora 10,5 litros. Unidos a las siete décimas contabilizadas al día siguiente, han posibilitado esta marca, 2,6 puntos por encima de la anterior. Es la tercera vez que se superan los mil litros. Aparte de estas dos, la otra fue en 1995-96, con una cifra redonda, 1.002. Por el contrario, los períodos más secos fueron 2004-2005, con 285,1 litros, seguido del 94-95, con 385.

No es el único record que deja este año agrícola. Queda ya distante en el tiempo, pero el 27 de septiembre de 2012 se registró la mayor cantidad de agua caída en una sola jornada en Rute, con 110,7 litros. El mes más lluvioso, en cambio, fue marzo, con 247,7 litros. Con todo, están muy lejos de los 349 caídos en diciembre de 2009. Lo que sí destaca en este balance es que las precipitaciones se han repartido de forma más regular que en la anterior marca. Eso no significa que no haya habido meses especialmente húmedos, como noviembre, con 212,6 litros, o el mencionado marzo. Estas cantidades tan copiosas dieron lugar a imágenes inusuales, como la del río La Hoz con un caudal muy por encima el habitual. Más interés aún suscitó ver en marzo el Pantano lleno por cuarta vez en toda su historia, la segunda en tres años. Y para estampa insólita, la que propiciaron los 20,2 litros caídos en forma de nieve durante la madrugada del 27 al 28 de febrero, en la nevada más abundante de los últimos años.

No deja de ser también llamativo que este registro haya llegado justo a continuación del que fue el tercer año más seco, el pasado, con apenas 364,7 litros. A su vez, este período 2011-2012 había sucedido a varios años por encima de la media de lluvias en Rute, que suele rondar los seiscientos litros. Algo parecido ocurrió en 1994-95 y en 1995-96, que siguen siendo el segundo año más seco y el tercero más lluvioso, respectivamente. Todo esto confirma lo que había detectado Victoria Marín: se pueden dar ciclos de lluvias o sequía, pero por lo general es imposible predecir cómo se va a presentar un año agrícola atendiendo al anterior.

Victoria Marín ha sido la encargada de la estación meteorológica en Rute desde hace tres décadas. Tras su fallecimiento en junio de este año, se abrió una incógnita sobre quién revisaría a diario la estación 5606E de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la que hay ubicada en las afueras del casco urbano. De forma provisional, a raíz de su enfermedad, desde febrero se ha venido ocupando de esta tarea Antonio Navajas, aficionado también a estas cuestiones. Al igual que hacía Victoria, Antonio ha pasado estas cifras a José Gómez Burgos, que gestiona un blog con todos los datos meteorológicos del municipio.

En cuanto a las temperaturas, pese al recuerdo aún presente de los sucesivos días de calor en agosto, no ha sido un año de valores extremos. La más alta se marcó el día 19 de ese mes, con 37,5 grados. Es, sin duda, una cifra bastante más llevadera que los 42,6 que llegaron a alcanzar los termómetros el año pasado. Como también solía matizar Victoria, la sensación de sopor se produce cuando se suceden muchos días seguidos por encima de los treinta grados, como ha ocurrido en agosto. Con todo, este verano ha sido más soportable que otros porque por las noches el calor ha respetado la llamada “barrera del sueño”. La mínima más alta se marcó en la madrugada del 24, cuando el mercurio no bajó de 23 grados.

Eso sí, hay que recordar que estas temperaturas son las que se marcan en la estación de las afueras, con unas condiciones muy concretas. En el casco urbano siempre hay que sumar dos o tres grados más. En el otro extremo, tampoco ha sido un invierno especialmente gélido. Más que el valor en sí, lo noticioso fue que la mínima se registrara relativamente tarde, en la mencionada madrugada del 28 de febrero. Fue de medio grado negativo, bastante más suave en cualquier caso que los 4,5 bajo cero que se llegaron a marcar en enero 2012.

Por último, cabe destacar que durante varios meses se ha producido lo que se conoce como “anomalías negativas”. Esto significa que la temperatura media de esos meses ha estado por debajo de la media habitual en el último período que se toma como referencia (1981-2010). Este fenómeno no ha sido exclusivo de Rute, ya que ha habido anomalías negativas durante el verano en todo el país, aunque la reciente ola de calor de agosto haga pensar lo contrario.

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