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Decenas de familias de Rute y municipios vecinos cogieron las neveras portátiles y las clásicas merendillas para festejar la jornada campestre por excelencia
Que el 25 de abril ha caído este año en un día de la semana más adecuado lo prueba la mayor afluencia a algunos de los puntos habituales de escapada. La festividad de San Marcos propició de nuevo una jornada campestre para cambiar los fogones caseros por los portátiles. Ha habido años en que esta fecha ha quedado deslucida por tener que repartir preferencias entre el campo y Andújar. Este año el último domingo de abril quedaba aún lejos, con cinco días de diferencia respecto a San Marcos. Así que su celebración se ha podido hacer compatible las merendillas y las pavitas con el desplazamiento al Cerro del Cabezo para ver a la Morenita. Por si fuera poco, las temperaturas habían dado una tregua respecto a las semanas previas. De hecho, durante todo el día alternaron nubes y claros. Incluso había amenaza de algún episodio puntual de precipitaciones que luego no se materializó.
- Más allá del picadillo o el salmorejo autóctono para abrir boca, San Marcos se sigue llevando mal con la dieta y la báscula
En definitiva, confluyeron la mayoría de condiciones para que la gente “huyera en desbandada” en busca de un poco de sosiego al aire libre. Para ello, Rute cuenta con un entorno natural privilegiado y parajes como la Fuente Alta o La Noria volvieron a congregar numerosas familias, en ocasiones con los roles cambiados. Por una vez, quienes no se acercan nunca a la cocina se permiten hacer sus pinitos con la barbacoa o la paellera. Entretanto, el “personal especializado”, receloso del desastre, no deja de mirar con el rabillo del ojo para evitar un desaguisado culinario. Más allá del picadillo o el salmorejo autóctono para abrir boca, San Marcos se sigue llevando mal con la dieta y la báscula. Estamos en abril, pero carniceros y charcuteros hacen su agosto en este día. Si se tercia, no falta quien sugiera una caminata campo a través para rebajar la comida.
Así transcurrió la sobremesa por los citados parajes y otros como los alrededores del río La Hoz, con el impresionante “Salsipuedes” como telón de fondo. Después, recogidas las mesas y apuradas las copas, a muchos aún les quedaron energías para irse hasta las inmediaciones del Pantano. Allí se juntaron con quienes habían elegido este punto para instalarse desde primera jornada. En este caso, no se trata sólo de personas de Rute sino de municipios vecinos como Cuevas de San Marcos, que festeja de manera especial a su patrón. Todo este entorno se ha convertido desde hace años en una mezcla de feria y mercadillo. La oferta se diversifica para quienes han dudado en comer fuera al menos se den una vuelta para rematar esta jornada tan tradicional en nuestra tierra.
