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El índice en nuestro pueblo durante 2015 fue de 66 por cada mil habitantes, con más de quinientas donaciones de sangre y 23 de plasma
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A su vez, Córdoba está a la cabeza de Andalucía en este aspecto, junto a Granada, y supera la media nacional
El Centro Regional de Transfusión Sanguínea ha vuelto a Rute, a la Ludoteca, o Centro Cultural Rafael Martínez-Simancas. Con motivo de esta visita habitual del mes de febrero, Pedro De la Torre, coordinador médico del centro, aprovecha para insistir en la importancia de las donaciones. Parte de la base de que en nuestro pueblo se es consciente de este aspecto, ya que se supera la media provincial y nacional de donaciones. De la Torre recuerda ese dicho de que la sangre no se puede fabricar. Por lo tanto, “las únicas fuentes” para obtenerla son “la mujer y el hombre”, es decir, los donantes. Más allá del juego de palabras, pone de relieve que se trata de un problema “de mentalización”. Lo ve como “un deber social” con los enfermos. Por obvio que parezca, los hospitales no podrían funcionar sin sangre. La diferencia con otros recursos de los centros está en que las demás se pueden conseguir con dinero, pero la sangre no. Es, por tanto, un bien tan importante como “escaso”. Los datos que arroja son suficientemente elocuentes de la falta de sangre: del 20% de la población que podrían ser donantes potenciales, apenas lo hace un 5%.
- En Córdoba hay “un balance de solidaridad positivo”, es decir, se pueden aportar componentes sanguíneos a otras provincias andaluzas
- En cambio, no somos autosuficientes en plasma, clave para determinadas operaciones y para elaborar algunos fármacos
En el caso de Córdoba, con las cifras habituales se cubren las necesidades “de hematíes, de glóbulos rojos”. Nuestra provincia está en unos niveles de 42 donantes por cada mil habitantes, bastante superiores a los de Andalucía y España, que están en el 32 por mil. Córdoba encabeza nuestra comunidad, junto con Granada, y a su vez Rute supera todos estos datos. En líneas generales, destaca que 2015 ha sido un año “bastante beneficioso” para la donación. En nuestro pueblo, el índice se elevó al 66 por mil. En concreto, durante el último ejercicio en Rute se computaron “más de quinientas donaciones de sangre y 23 de plasma”. La contribución de la localidad fue, pues, muy destacada en las treinta y dos mil donaciones que se contabilizaron en toda la provincia. Otro aspecto decisivo es que la tasa de donantes nuevos “ha crecido en un 27%”.
Gracias a ello, las necesidades de los hospitales cordobeses no sólo están cubiertas; además, se produce lo que el coordinador denomina “un balance de solidaridad positivo”. Esto significa que desde aquí se pueden aportar componentes sanguíneos a otras provincias andaluzas “o incluso a Madrid”. En otros, en cambio, como algunos derivados del plasma, “no somos autosuficientes”. Sí lo somos en dos de los productos de la donación, hematíes y plaquetas, pero no en plasma, fundamental no sólo para determinadas operaciones, sino para algunos fármacos. Reconoce que se tarda un poco más en donar, “pero en casos como el de la mujer es incluso más beneficioso”.
Como ocurre con la sangre, los únicos requisitos para donar plasma son tener entre 18 y 65 años, gozar de buena salud y no haber sufrido enfermedades contagiosas. En este aspecto, el coordinador ha aconsejado que, ante la duda, se consulte con los profesionales y nadie “se autodescarte” de antemano. De igual forma, entiende que nadie debe descartarse antes de tiempo por tener un grupo sanguíneo determinado: la sangre, “bien vehiculada, al final se aprovecha toda”. Con todo, sí admite que el 0 negativo, “al ser el donante universal”, suele plantear más problemas de escasez.
