Pescadores y empresarios de Rute y la comarca se movilizan ante las restricciones de la nueva Ley de Vedas

Los distintos sectores implicados se han sumado  a una manifestación conjunta para que sus inquietudes tengan eco

Los distintos sectores implicados se han sumado a una manifestación conjunta para que sus inquietudes tengan eco

Los pescadores de Rute, y por extensión de toda la comarca, han alertado de las consecuencias que puede acarrear la nueva Ley de Vedas para la pesca en el Pantano de Iznájar. En concreto, el punto que ha hecho saltar las alarmas es el referido a las artes de pesca, al prohibir la pesca con caña de carrete. En la práctica, este punto, el 4 del apartado B de la disposición adicional tercera, viene a anular la pesca en la zona, ya que es el arte más común. Así de rotundo se expresa José Manuel García, pescador ruteño y presidente de la peña Solobass, dedicada específicamente a la pesca del black-bass. Los implicados mostraban su inquietud recientemente en Lucena, durante una reunión con los alcaldes de la llamada “lámina de agua” del Pantano. En ese encuentro también hubo representantes de la Estación Náutica de la Subbética, técnicos y delegados de Medioambiente de la Junta. Dentro de su preocupación, al menos tienen dos clavos a los que agarrarse. Por un lado, el apoyo “unánime” de los alcaldes. También desde la Junta se reconoce que la ley está “mal redactada”. La reacción inmediata de los pescadores fue pedir que se diera marcha atrás. De momento, explica García, “están en ello, pero la burocracia es lenta”. De hecho, la modificación podría demorarse “un año”.

No se trata sólo de ellos o del proyecto de Estación Náutica. También se ven afectados los responsables de bares, restaurantes, hoteles e incluso gasolineras del entorno, por no hablar de tiendas de pesca. Esta afición mueve muchísima gente en todos estos ámbitos. El presidente de Solobass asegura que en un fin de semana podían pasar de trescientas las personas que disfrutaban de las actividades permitidas en el Pantano. Ahora está “todo desierto”. No es una forma de hablar: le consta que empresas vinculadas a estos negocios están despidiendo por falta de trabajo. De ahí que representantes de todos estos sectores hayan decidido sumarse a la concentración convocada para el domingo 29 de junio a las diez de la mañana. La idea es que parta del Hotel Caserío de Iznájar, junto a la playa de Valdearenas, y termine en el puente con la lectura de un manifiesto.

García recuerda que las restricciones no son nuevas. Llevan “cinco años” sufriéndolas, primero con el mejillón cebra y después con el siluro. Según Ángel Pérez, presidente de la Sociedad de Pesca de la Subbética, la ley no menciona expresamente el siluro. Pero al suprimir la caña de carrete, y restringir los cebos e hilos, es “casi imposible” capturar un siluro. En el fondo, el objetivo es impedir que se introduzcan especies exóticas, y que el siluro sea transportado. Sin embargo, Miguel Amorós, presidente de la Sociedad de Pescadores de Rute, pronostica que, tal y como está redactada, acabaría creándose “la mayor reserva de siluros de España”. Si se quiere exterminar, los pescadores proponen permitir su captura y entregar cada pieza a la autoridad competente. Su compañero de Solobass va más lejos y califica la ley de “absurda”. Advierte que con los señuelos permitidos se podría pescar siluros alevines, que son los que se pueden transportar. Y si alguien quisiera, “podría llevárselos a otros pantanos”. En cambio, con una pieza adulta, “de treinta o cuarenta kilos”, sería imposible.

Ángel Pérez añade que en España hay “muchos Pantanos” con mejillón cebra y con siluro, y se está pescando y navegando en ellos. Incluso en el cauce del Guadalquivir, a la entrada de Sevilla, ya se han fotografiado ambas especies. Pérez se pregunta si acaso se va a prohibir también la navegación por el Guadalquivir”. Como matiza, esto no es un problema “sólo de Iznájar, sino desde que nace el Genil hasta Sevilla”. Tanto él como García sospechan que desde el Consejo de Biodiversidad, encargado de elaborar la ley, se está “experimentando” con el Pantano, no saben bien para qué.

Pérez aboga por poner medios, con cotos o con la desinfección del material. Hay que buscar “soluciones, no prohibiciones”. Le parece “inconcebible en pleno siglo XXI y en el pantano más grande de Andalucía y el tercero de España”. García apostilla que, detrás de todo, hay una ley redactada por técnicos que no viven de cerca el tema. Además, critica el celo de colectivos “que se llaman ecologistas, pero cuyo comportamiento es propio de dictadores”. Aunque la ley deja un resquicio para que no se pueda afirmar que la pesca está totalmente prohibida, sostiene que la realidad es justo ésa. Además, no entiende cómo en ese Consejo de Biodiversidad puede tener tanto poder de decisión “gente que está a trescientos kilómetros”. De hecho, los propios alcaldes y empresarios de la zona han pedido mayor representatividad. Como apuntaron en la citada reunión de Lucena la alcaldesa de Iznájar, Isabel Lobato, o el de Rute, Antonio Ruiz, los municipios ribereños cedieron parte su término para el Pantano “y esperan beneficios”.

Deja un comentario