San Marcos se globaliza, o al menos traspasa fronteras. Las calles de Rute volvieron a vaciarse en la jornada del 25 de abril. En cambio, no se produjo la consecuencia paralela de otras veces: que se llenaran diversos recintos del entorno natural. Por supuesto, hubo algunos puntos bastante concurridos, como la Fuente Alta o La Noria, pero en líneas generales no se repitieron las aglomeraciones de años atrás. De un tiempo a esta parte, la jornada campestre por antonomasia se ha visto afectada por la crisis y por cierta suerte de globalización. Respecto a la primera causa, no afecta en el punto del ahorro, ya que por muy poco dinero se puede disfrutar con familiares y amigos de un día al aire libre. Pero sí que se ha dejado sentir entre quienes trabajan fuera de Rute. Cuando ha caído entre semana, pocos han tentado a la suerte de pedir permiso en el trabajo.
La otra causa, esa forma de “globalizarse” la fiesta, tiene que ver con la cercanía en el calendario de San Marcos y la romería de la Virgen de la Cabeza. Es muy normal que el día 25 esté muy cerca del último domingo de abril. Y huelga decir lo que significa para tanta gente de Rute acudir a Andújar. Hasta hace muy poco los seguidores de ambas tradiciones tenían que decantarse por una u otra, o bien elegir en función de la disponibilidad laboral. Pero hoy día se pueden combinar las dos, sobre todo si coinciden en el mismo fin de semana. ¿Cómo? Adelantando la marcha a Jaén. A juzgar por los testimonios e imágenes difundidas en las redes sociales, son muchos los que se van un día antes hasta Andújar, acampan, disfrutan de una jornada en plena naturaleza el sábado, y el domingo se preparan para la romería en honor a la Morenita.
Se explica así que, sin estar llenos los parajes de nuestro entorno natural, Rute volviera a trasmitir esa imagen de “pueblo fantasma” en la jornada del sábado. Con todo, muchas familias no faltaron a su cita en algún lugar señalado de nuestro entorno. No sólo son familias de parentesco carnal. En el contexto político, la familia socialista también quiso compartir una paella en la Fuente Alta. Igualmente, y para no caer en el pesimismo nostálgico, no faltaron pandillas de jóvenes que garantizan el relevo generacional a la espera de tiempos mejores. Unos y otros, mayores y más jóvenes, se congregaron bien como clanes familiares o como grupos de amigos. Otro hecho común es que por un día se dejaron de lado las dietas sanas y se impuso la barbacoa y las carnes a la brasa. Junto a estas comidas que desafían al colesterol, se repitió la estampa de los más pequeños con las clásicas merendilla, para ir creando cantera.
Lo que llamó la atención fue no hubiera nadie en un sitio hasta hace poco emblemático de este día, como es el Lanchar. En cambio, la misma Fuente Alta y La Noria se vieron más llenos que en otras ocasiones. Será que aquí, como en otros ámbitos de la vida, se genera el efecto llamada. ¿Dónde va Vicente? Donde vaya San Marcos. Junto a estos dos parajes, otros como el entorno de La Hoz siguieron gozando de la preferencia popular. Sin embargo, un año más el punto más concurrido fue el entorno del Pantano. Allí confluyeron no sólo los vecinos de Rute sino de otros pueblos como Cuevas de San Marcos, Iznájar o Villanueva de Algaidas, donde esta jornada es también festiva. Eso sí, ésta ha sido la última vez en que de forma oficial, salvo coincidencias del calendario, los vecinos de Cuevas compartan jornada. El municipio malagueño ha decidido por votación popular posponer a partir del año que viene posponer la jornada al fin de semana que cierre el mes.
