Mujeres de Rute comparten en vivo su experiencia de cómo superaron el cáncer de mama

La mesa redonda constituyó el bloque central y más emotivo del programa

La mesa redonda constituyó el bloque central y más emotivo del programa

La AECC ha querido homenajear este año a las mujeres que han vencido esta enfermedad. Se ha elegido como lema “Mucho por vivir”. Rute no ha sido una excepción. Junto al enorme lazo situado frente al Ayuntamiento se han distribuido las pancartas de lazos rosa aportadas por La Caixa. Los balcones y ventanas de Rute se han llenado con esas pancartas y las fachadas de las principales iglesias y ermitas se han teñido de rosa con la iluminación especial colocada para la ocasión. Igual ha sucedido en todo el edificio del ayuntamiento. Un total de quinientas pancartas se han repartido en estos días. La respuesta de la gente ha sido de nuevo ejemplar.

Esta campaña culminó en el Círculo de Rute en la tarde del jueves 22. Allí se emitió un programa especial en vivo, producido por Radio Rute y la Junta Local. Según comentó su directora, Mariana Moreno, este espacio suponía “una enorme satisfacción” para la emisora municipal. Como bien recordó, cuando se fundó la Junta Local se realizó otro programa en vivo para recaudar fondos para la sede. Mucho tiempo después, Radio Rute ha querido solidarizarse con quienes padecen cáncer de mama y sobre todo “abrir los micrófonos a estas mujeres con objeto de que sirva para algo”. No sólo se quería informar sino también “sensibilizar” sobre una enfermedad que, además del apoyo médico, “necesita de la comprensión y la complicidad de la sociedad”.

El programa estuvo estructurado en tres partes. En la primera se hizo una entrevista de carácter informativo sobre el cáncer de mama. Para ello se contó con Miriam Amián, médico del Centro de Salud de Rute. Como profesional, explicó detalladamente en qué consiste el cáncer de mama, cómo detectarlo, haciendo hincapié en el diagnóstico precoz, y los tratamientos existentes. Miriam insistió además en las formas de prevenirlo, ya que existen una serie de factores de riesgo, como el estrés. En su opinión, pese a que las industrias farmacéuticas estén más volcadas en el tratamiento, debe desarrollarse “una investigación paralela sobre la prevención y todas las sustancias que contaminan”.

A continuación se abordó el bloque central, el más emotivo. En él, mujeres de Rute que han padecido cáncer de mama dieron un paso al frente para compartir su experiencia de cómo habían superado la enfermedad. Junto a Miriam Amián, cuya madre también lo padeció, se contó con los testimonios de Magdalena García, Milagros Cruz, Carmen Arcos, Carmen Cárdenas y Mercedes Arcos. Cada una expuso cómo había afrontado su caso. Mercedes Arcos y Carmen Cárdenas lo habían hecho “desde la fe”. Magdalena García recordó cómo se había sentido “una pionera” en Rute cuando, hace ya 19 años, tuvo que enfrentarse a la enfermedad.

Todos sus testimonios resultaron conmovedores y a la vez rezumaban un punto de vitalidad y valentía. Carmen Cárdenas, volcada en la pintura en su Zambra natal, aseguró no entender “cómo todavía se le tiene miedo al cáncer, cuando todos somos mortales y nos puede llegar de cualquier otro modo”. Milagros Cruz revivió cómo los médicos no daban crédito al optimismo y la naturalidad con que se sometió a su intervención quirúrgica. Por su parte, Carmen Arcos explicó que había preferido buscar la ayuda en la asociación antes que en sus propios familiares “para no hacerles sufrir”. Carmen además aportó un punto de vista insólito. Paradójicamente, ha descubierto “una vida y todo lo que había en la calle gracias a la enfermedad”. Esa búsqueda de ayuda le había abierto las puertas al mundo exterior y la había puesto más en contacto con la sociedad.

Las mujeres que habían participado en la mesa redonda recibieron un obsequio de la asociación. En el tramo final del programa se abrió un turno para la intervención del público. El presidente de la Junta Local, Juan de Dios Pérez, dejó en el aire una invitación para que se creen más foros de este tipo. Su propuesta no se basaba “en recetas, sino en talleres y actividades de apoyo al enfermo y su entorno”.

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