Los escolares de Rute despiden el curso con actuaciones de baile y musicales de todo tipo

En los tres centros ruteños se vivió una jornada lúdica y festiva, con diferentes actuaciones, para echar el cierre al curso escolar
En los tres centros ruteños se vivió una jornada lúdica y festiva, con diferentes actuaciones, para echar el cierre al curso escolar

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Comienza el verano y como de costumbre los escolares lo reciben de la mejor forma. Unos días antes los alumnos y alumnas de Educación Infantil y Primaria de todos los colegios de Rute despiden el presente curso escolar con fiestas que incluyen actuaciones musicales y bailes que protagonizan los propios alumnos. Las fiestas de los colegios Fuente de Moral, Ruperto Fernández Tenllado y Los Pinos tuvieron lugar el pasado viernes 19 de junio. Todas comenzaron alrededor de las ocho de la tarde y se celebraron en los patios de los distintos centros. Previamente, durante el último mes los alumnos han afrontado la recta final del curso combinando los exámenes con la preparación de este día. En el caso de los docentes, aún deben apurar los últimos coletazos de este año: quedan sesiones para cuestiones administrativas y sentar las bases del siguiente curso.

Las fiestas de despedida de los colegios se convierten en unas jornadas lúdicas y de convivencia de padres, alumnos y profesores, y son posibles gracias a la implicación especial de las Asociaciones de Padres y Madres, y la de sus maestros y monitores, con quienes preparan los distintos bailes o interpretaciones. En el colegio Fuente del Moral, el hilo conductor estuvo a cargo del grupo Carpa Teatro. Esta compañía de animación teatral y musical ofreció un espectáculo en el que se fueron intercalando las actuaciones de los actores y los animadores con la de los niños y niñas de los diferentes cursos. La fiesta se prolongó durante horas, pero fue amena y divertida, e incluso los más pequeños se resistían a abandonar su asiento.

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Como suele ser habitual son fiestas de despedida, en la que los alumnos de 6º tienen especial protagonismo. Son conscientes de que ya toca abandonar el colegio y de que en el próximo curso van a estar en otro centro. De ahí los nervios, las lágrimas y la emotividad que suscitan sus actuaciones. En el caso de Fuente del Moral, también se despiden los miembros de la AMPA, cuatro madres que durante una década han estado al frente de la asociación. Todas reconocen que han trabajado a gusto. Sin embargo, también se quejan del poco reconocimiento de otros padres y de lo poco que se aprecia el trabajo que se hace. La presidenta, María del Carmen Mangas, dice que desde la asociación se colabora para que no falte material escolar  y para reivindicar servicios para el centro, pero sobre todo en la preparación de la fiestas de Navidad, el entierro de la sardina o la de fin de curso.

Este tipo de eventos, asegura Mangas, no existirían si no fuese por la implicación de la asociación. Por eso, hacen un llamamiento para que los padres dediquen algo de su tiempo a estas cuestiones. A veces, los padres, indica Ana Montes, no se molestan ni siquiera en ir a las reuniones de inicio de curso, donde se explica y se da cuenta de todo lo que se hace. No obstante, se sienten contentas y orgullosas con el trabajo que han podido llevar a cabo. También fue un día muy emotivo para José Luis Carpio, director del centro durante veintisiete años, y treinta y seis de docente en dicho colegio. Vino para poco tiempo pero se quedó definitivamente en Rute. Confiesa que se ha sentido muy bien en el pueblo y en el colegio. Lo sorprendieron sus compañeros con la presencia de los componentes del grupo de baile al que pertenece y con quienes tuvo que subir al escenario. Para José Luis fue un día inolvidable, de reconocimiento al trabajo hecho y de muestras de cariño y afecto hacia él.

No ha sido la única despedida en el puesto de director. También concluye su periplo docente Pedro Pérez Leiva. En su caso, ha estado once años al frente del colegio de Los Pinos. En su despedida, quiso dar las gracias a todas las personas que han estado junto a él mientras ha desarrollado lo que considera “una vocación”. Aparte de ese componente nostálgico, el balance académico es más que positivo, sin apenas casos de alumnos repetidores. Leiva destacó asimismo la estrecha colaboración con el AMPA y el hecho de contar desde primera hora con las nuevas aulas. Aunque se habían inaugurado el curso anterior, ha sido ahora, con la perspectiva del tiempo cuando se ha trabajado con más comodidad, dotando al centro de un espacio propio para la biblioteca. Para Dolores Moreno, presidenta del AMPA de Los Pinos, esa cooperación es fundamental. Incluso asegura que los pequeños se han involucrado más que otros años en esta fiesta de fin de curso. Cree que con la colaboración de todos, el trabajo del AMPA es más llevadero, sin grandes esfuerzos para nadie. Por eso, apeló a la implicación de más gente.

En cuanto a la fiesta, se dieron la mano las coreografías con las manualidades que los más pequeños han aprendido en las actividades extraescolares. Así, en el número del “Caballito de palo” se emplearon los caballos de goma EVA que los propios escolares habían elaborado. También los alumnos y alumnas de 5º lucieron en una coreografía unas camisetas hechas por ellos mismos. Además, los cursos inferiores recordaron “clásicos” de la música pop, como la película Grease o “Voy a pasármelo bien”, de Hombres G. Fue la tónica de una tarde donde no faltaron bailes de canciones actuales ni obritas teatro. Así, un grupo de sexto representó una obra corta sobre un robo en un supermercado. Como es habitual, este curso puso el toque más emotivo, con su despedida del centro y el recuerdo a quienes han sido sus maestros. La noche terminó con las actividades de animación, juegos de agua y colchonetas hinchables, preparadas por GR-7 Aventura.

Por lo que se refiere al colegio Ruperto Fernández Tenllado, su director, Andrés Serrano, cree que la valoración del curso académico ha de ser bastante positiva, tanto en resultados como en el comportamiento de los escolares. Por todo ello, entiende que una fiesta de fin de curso ha de ser concebida como “un motivo para disfrutar”. A su vez, ha de servir para que alumnado y profesorado “cojan fuerza”. Cree que ésa ha de ser también la actitud de quien “se queda por el camino”, esto es, aquellos con alguna asignatura pendiente. Lejos de verlo como un fracaso, les anima a que les sirva “para tomar impulso”. También hizo un balance satisfactorio de la labor del profesorado. Reconoce que en algún caso han llegado “algo justos”, pero se han podido completar los programas docentes. En cuanto a la fiesta, fue de carácter temático. El colegio rindió homenaje a las culturas típicas de otros países del mundo, desde Brasil a Rusia, pasando por lo autóctono de algunas tribus indígenas. Fue un espectáculo colorido y trabajado desde semanas antes conjuntamente entre el personal docente, tutores, padres y madres.

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