Las II Jornadas Técnicas del Club Atletismo Rute inciden en la planificación del entrenamiento y la técnica de carrera

  • Dos especialistas en la preparación de deportistas, Manuel Molina y su hijo Pablo, apuntan pautas para corredores de distintos perfiles, desde principiantes a veteranos

  • Con una preparación idónea en ambos aspectos se mejora el rendimiento y se previenen lesiones

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Manuel Molina, un pionero del atletismo en Rute, detalló cómo hacer una planificación en el tiempo para las carreras de fondo

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Pablo Molina se centró en la técnica de carrera y el uso de un calzado adecuado

En vista de la buena acogida de la primera entrega del año pasado, el Club Atletismo Rute ha apostado por organizar las II Jornadas Técnicas Para Corredores Populares. No cabe duda de que el mundo de las carreras vive una etapa dorada y cada vez es más la gente que se anima a correr. Pero con frecuencia aprenden de forma “autodidacta”. De ahí que los propios corredores demanden una formación teórica. En este caso, las dos ponencias que incluían estas jornadas han girado en torno a la planificación de los entrenamientos y la técnica de la carrera. Para Juan Manuel Aguilar, de la directiva del club, lo más interesante es que podían servir para quienes están empezando y también para quienes llevan más tiempo corriendo.

  • Manuel Molina es plusmarquista local en pruebas de fondo, aunque asegura que lo importante es correr para sentirse bien
  • Al contrario de lo que se suele pensar, Pablo Molina demostró que el ser humano está muy dotado para correr

De impartirlas se encargaron Manuel Molina Caballero y Pablo Molina García. El primero está considerado un pionero en Rute en este mundillo. No en vano, Aguilar lo presentó como “el mejor corredor que ha dado Rute”. Corría cuando aún era un hecho infrecuente, no sólo en nuestro pueblo. Además de plusmarquista local de carreras de fondo, es licenciado en INEF y entrenador de atletismo. Su hijo Pablo ha seguido la estela, tanto en esta afición como en su formación, ya que es graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y especialista en prevención, recuperación y readaptación de lesiones. En parte por eso, sus ponencias fueron complementarias y enriquecedoras para los asistentes.

Manuel Molina se centró en la preparación adecuada para el entrenamiento. Planteó una planificación a lo largo de semanas o meses, para alcanzar el pico máximo de forma en pruebas de fondo como las carreras populares o una media maratón. El programa que aplica a otros corredores, incluso a sí mismo, gira en torno a la secuenciación de sesiones, teniendo en cuenta aspectos claves como la velocidad, el ritmo o la frecuencia cardiaca. A continuación, Pablo se ocupó de la técnica de la carrera. Al contrario de lo que se suele pensar, demostró que el ser humano está muy dotado para correr, hasta el punto de que es “una cualidad innata”. Sin embargo, la técnica se ha “viciado”, desde las posturas inadecuadas al hecho de correr con un calzado no conveniente. Pablo García dedicó su exposición a probar que, “reprogramando la técnica” y con unas zapatillas de las denominadas “minimalistas”, que se asemejen a correr descalzo, se mejora el rendimiento, a la vez que se previenen lesiones.

Y es que los dos ponentes, como los responsables del club, son conscientes de que la afición a correr ha crecido más deprisa que el aprendizaje. Juan Manuel Aguilar, que agradeció “la presencia desinteresada de Manolo y Pablo”, subrayó que no se trata de “correr por correr, sino tener nociones que permitan conocer mejor nuestro cuerpo”. Mucho han cambiado las cosas, desde luego, desde que Manuel Molina salía a correr casi en solitario allá por los años 80. Salía a diario, lloviera, hiciera frío o calor. En su vuelta a Rute recordó cómo la gente le decía entonces a su madre “que su hijo estaba loco”. Por eso, ahora no puede dejar de observar con una mezcla de estupor y entusiasmo este auge que vive el mundo de las carreras.

Respecto a las marcas que sigue ostentando en el ámbito local, confiesa que no está al corriente, porque lo importante es “correr para estar bien y para la salud”. Lo que sí reconoce es que falta hacerlo con un sistema, con una planificación. De igual modo, tanto él como su hijo insistieron en que hay que hacer “un proceso de adaptación” con el calzado. Los dos apuestan por las zapatillas minimalistas, pero el cambio no se puede hacer de un día para otro. Como matiza Pablo, el pie y la estructura de nuestro cuerpo “no están preparados para resistir esos impactos”. Lo que sí dejó claro es que, una vez que se complete esa adaptación, se puede correr sin problemas en cualquier tipo de superficie.

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