La Octava del Corpus recorre el Barrio Alto de Rute en el primer domingo de junio

  • A lo largo del itinerario había instalados cinco altares, cuatro de cofradías y uno particular

  • Esta celebración se recuperó hace tres años, tras permanecer medio siglo interrumpida

La calle Priego era la vía donde se concentraba el mayor número de altares
La calle Priego era la vía donde se concentraba el mayor número de altares

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Hace dos años, en 2014, se retomó en Rute la celebración de la Octava del Corpus. Esta costumbre había permanecido interrumpida desde mediados de los sesenta del siglo pasado. El origen, en muchos municipios españoles, se remonta a la dificultad de que la procesión del Corpus Christi pueda pasar por todas las calles destacadas de estas localidades. En Rute se “rescató” dentro de los actos conmemorativos del 125 aniversario de la fundación de la parroquia de San Francisco de Asís. Desde entonces se ha mantenido y se ha llevado a cabo al domingo siguiente al Corpus. Pero salvo en la primera edición, en que se celebró por la tarde, se ha adelantado a la mañana.

Con algunas otras modificaciones en el recorrido, que contó con el acompañamiento de las cofradías del consejo parroquial de San Francisco y la charanga de Los Piononos, lo que no ha cambiado es la idea de instalar varios altares en el trayecto. En esta ocasión había cinco, tres de cofradías, uno de un grupo joven y otro de un particular. Los dos primeros estaban en la calle Priego, a la misma altura: el de la cofradía del Cristo de la Misericordia, en la puerta de su casa de hermandad, y el de Jesús de la Rosa, justo enfrente. El de la Misericordia estaba presidido por un Cristo de la parroquia, y adornado con enseres de la cofradía y otros de José María Repullo, además de candelería de la propia cofradía.

Por su parte, el de Jesús de la Rosa contaba con un cuadro de un Nazareno que hay en la parroquia y el retablo de la Virgen Niña de Santa Catalina. En la misma calle, pero pasado el cruce con la ronda del Fresno, había preparado Miguel Ángel Borrego un altar en la casa de su familia. Lo presidía la figura de una Inmaculada sobre un altar de estilo barroco. Asimismo, además de decorar la calle con plantas y macetas, varios vecinos habían dibujado sobre la calzada una alfombra de 71,80 metros de largo, con dibujos del escudo de San Francisco.

Tras subir el resto de la calle Priego y bajar por la calle Nueva, el siguiente altar estaba poco antes del Paseo del Fresno, en el portal de la Casa Museo del Jamón. Era el del grupo joven de la Virgen de la Cabeza. Estaba presidido por una réplica de la Morenita vestida de pastora. La imagen es propiedad de Eloy Carmona, y el resto del altar lo completaban enseres de la cofradía y el propio museo. El de la junta de Gobierno estaba en la sede de la casa de hermandad, en la calle Fresno. También lo presidía otra réplica de la Virgen de la Cabeza, en este caso perteneciente a Javier Pacheco. Además, desde arriba de la calle y hasta la casa de hermandad había una alfombra de cincuenta metros elaborada por Pedro Ángel Ramos y Manuel Caballero. Estaba confeccionada con serrín, a partir de moldes, y pintada a mano con pigmento natural. Éste era el último altar del recorrido antes de que el cortejo volviera por el Paseo del Llano a San Francisco.

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