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De nuevo se lleva a cabo esta iniciativa cuya rebaja es financiada a partes iguales por el propio instituto, el Ayuntamiento de Rute y la Librería Ideal
Desde hace más de quince años, dentro de las actividades en torno al Día del Libro, el IES Nuevo Scala de Rute acoge una feria del libro. Con títulos de todo tipo, desde novedades a las llamadas “series medias” o las ediciones de bolsillo, lo interesante es que ofrece un descuento del 30% en todos los ejemplares adquiridos. Ello es posible gracias a una triple colaboración: la del propio instituto, el Ayuntamiento de Rute, a través de su delegación de Cultura, y la Librería Ideal, que monta los expositores. Cada uno costea un tercio de la rebaja. Para la concejala del área, Ana Lazo, no deja de ser un aliciente para estimular la compra de libros. Se pretende que, empezando en este caso por los más jóvenes, el hábito de la lectura llegue a toda la familia.
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Según Lazo, crear esa costumbre hoy permitirá tener personas críticas mañana. Porque es consciente de que la capacidad de estimular la imaginación que da un libro no la generan “las redes sociales o una tablet”. El director del centro, Juan José Caballero, confirma que la iniciativa cumple su principal objetivo de acercar a los escolares a la lectura. Ahondando en la reflexión de la concejala, Caballero sostiene que la lectura es un placer, “y los placeres disfrutados en familia son mayores”. Otra filosofía que desde el instituto se traslada a los hogares es que el dinero destinado a la cultura “es el mejor invertido, no es una pérdida sino una ganancia a medio o largo plazo”.
Aunque la feria se concibió para fomentar la lectura entre los más jóvenes, en la práctica hay obras para todos los gustos. Ezequiel García, responsable de la librería, apunta que las novedades, “por la publicidad que se les da”, siempre son muy demandadas. Junto a ellas, los escolares preguntan por las lecturas recomendadas del instituto. Pero por encima de todo se imponen los libros de bolsillo. Asimismo, si bien no se acerca mucha gente de la calle, sí observa que los estudiantes se llevan libros “no enfocados” en principio para ellos, sino para algún regalo u otro miembro de la familia.
