La asamblea de Cruz Roja en Rute recibe 17,5 toneladas de alimentos en la última entrega del ejercicio 2013

Aunque estos lotes permiten socorrer a las  familias más necesitadas, la técnica reconoce que no deja de ser una ayuda “muy  básica”

Aunque estos lotes permiten socorrer a las familias más necesitadas, la técnica reconoce que no deja de ser una ayuda “muy básica”

La asamblea local de Cruz Roja en Rute acaba de recibir la última fase de entrega de alimentos correspondiente al año 2013. Este programa, de carácter anual, se lleva a cabo a nivel nacional, con ayudas procedentes de la Unión Europea. Según ha informado la técnica de la asamblea local, Rosa Granados, es habitual que esta última fase siempre sufra algún retraso en todo el país hasta entrar en el año siguiente. No hay que olvidar que este programa lleva sucediéndose desde hace varias temporadas. Son siempre alimentos no perecederos. En esta ocasión comprenden productos como leche, arroz, aceite de oliva, fruta en conserva, galletas, garbanzos, harina, legumbres o pasta, además de alimentación infantil. En total, ascienden a diecisiete mil quinientos los kilos que se repartirán en distintos tipos de lotes, en función de los miembros y las necesidades de cada familia. Lo que sí se ha producido en los dos últimos ejercicios es un descenso en la cantidad y la variedad de alimentos recibidos. En otras ocasiones se recibía también tomate frito, atún o zumos, productos “que las familias agradecen mucho”, en palabras de Granados.

La técnica ha matizado que la asamblea provincial reparte los productos a las delegaciones locales y a los bancos municipales como el de Rute. La única diferencia es que el Ayuntamiento los destina a gente de la localidad y Cruz Roja a población inmigrante. Lo importante, en cualquier caso, es que, si una persona residente en Rute precisa alguno de estos lotes, puede acercarse en un momento dado al banco de alimentos del Ayuntamiento o a la sede de la asamblea local. Pese a que la cantidad que se recibe ha mermado en los dos últimos años, Rosa Granados ha confirmado que al menos el programa se ha podido renovar por cinco años más, hasta 2018. El proyecto no deja de ser “una ayuda de emergencia, muy básica y asistencialista”. Por eso, la idea antes de la crisis era darle fin y trabajar con las familias “en otros ámbitos”. Sin embargo, con la crisis se han dado “muchos pasos atrás” y estas familias necesitan “cosas tan básicas como arroz o garbanzos”.

Entre tanto, la asamblea local sigue con otras iniciativas. Por ejemplo, se mantienen las ayudas del llamamiento “Ahora más que nunca”. Con ellas, es posible el pago de recibos de luz o agua, o del butano. Además, durante todo el año está abierto el ropero. En los meses de más frío han procurado socorrer con mantas. Ahora que mucha gente renueva los armarios, Granados ha pedido la colaboración para que no se tire ropa usada a los contenedores y se lleve a la sede de la asamblea. Allí, un grupo de voluntarios se encarga “de clasificarla, dejarla en buenas condiciones en caso de que no esté limpia y repartirla de forma equitativa”. El invierno queda atrás, pero las familias que tengan varios hijos “tienen que vestirlos igualmente en verano”.

 

 

 

 

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