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Desde que se hicieran cargo sus actuales responsables, hace cuatro años, han traído la suerte en siete sorteos
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En esta ocasión, el afortunado ha sido Juan Manuel Marín, con un premio de segunda categoría en la Bonoloto
Algo pasa en la administración número 2 de Lotería de Rute. No es que la diosa Fortuna se pase por allí de vez en cuando. Es que parece haberse instalado en sus dependencias. Desde que se hiciera cargo de ella la familia Muñoz Rabasco hace cuatro años han repartido la suerte en siete ocasiones. Cualquier lotero firmaría una tarjeta de presentación así, pero sin duda cuando la proporción de premios se ha disparado ha sido en el último mes. Desde el pasado 1 de octubre han vendido un segundo premio de la Lotería Nacional del Jueves y un primer premio de la Bonoloto. Ahora repiten en este sorteo, con un premio de segunda categoría, el que corresponde a cinco aciertos más el complementario. A diferencia de otras ocasiones, esta vez sí ha aparecido su propietario, Juan Manuel Marín. Según relata Loli Muñoz, una de las responsables de la administración, es un cliente habitual y fiel. Respecto a la Bonoloto anterior, han escuchado comentarios, pero no han desvelado nada más porque no han tenido comunicación “oficial” de la persona afortunada.
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No existe una fórmula que garantice repartir tantos premios. En cualquier caso, son conscientes de que están en racha. Paqui Rabasco relata los premios que han entregado en este tiempo y confiesa que le parece “inexplicable”. A pesar de esta buena racha, su sobrina Loli sigue anhelando que puedan vender el Gordo de Navidad, “el sueño de cualquier lotero”. Aseguran que se está cumpliendo el dicho de que la suerte llama a la suerte. Al menos en su caso, eso se está traduciendo en una demanda mucho mayor. Incluso desde el extranjero están contactando con la administración interesándose por adquirir algún número. Ahí al menos, sí que existe lógica, porque al vender más aumentan las posibilidades.
Respecto al afortunado, ha confesado que juega con cierta asiduidad, por lo general Bonoloto y a veces en la Lotería Primitiva. No suele rellenar él mismo los boletos, sino que deja que lo haga “la máquina”. Hasta ahora no se había llevado nada, pero por este premio, le corresponden 79.135 euros, a los que hay que sumar los de las categorías que van por debajo. Eso sí, como el propio Juan Manuel Marín recuerda, también hay que restar el pellizco del 20% que se lleva Hacienda. La combinación ganadora era la de los números 13, 20, 34, 19, 5 y 10 más el complementario 21 y el 3 como reintegro. A Juan Manuel le faltó dar con el 10 para haberse llevado el pleno.
A la pregunta de rigor de qué va a hacer con el dinero no ha dado la típica respuesta de tapar agujeros. Juan Manuel ha respondido con ironía y buen humor que siempre hay muchas trampas pendientes. Pagará ahora las que pueda, y si quedara alguna trampa de las que menciona pendiente “tendrán que esperar a que toque otra vez”. Aunque no se había llevado antes un premio así, tenía claro que si alguna vez le tocaba no brindaría con champán sino con el autóctono anís de Rute. Así lo ha hecho, escanciando nuestro producto más emblemático junto a los mantecados. Con él han elevado sus vasos las responsables de la administración y el público que no dejaba de congregarse por este “rincón de la suerte”.
