Más de ciento sesenta personas participan en el VI Festival de Baile “Villa de Rute”

  • La cita ha puesto colofón al curso académico en la Escuela de Baile Antonio y Mónica Dance

  • Junto a miembros de esta escuela, participaron bailarines de otras localidades de Córdoba y Málaga

A lo largo de la noche los integrantes de la escuela interpretaron los diversos estilos encuadrados en los bailes de salón (FOTO: David Torres)
A lo largo de la noche los integrantes de la escuela interpretaron diversos estilos de bailes de salón (FOTO: David Torres)

Audio

La tercera y última cita con el baile que se puede disfrutar en los veranos culturales de la villa llegaba el pasado viernes 29 de julio. El teatro al aire libre Alcalde Pedro Flores acogía el VI Festival de Baile “Villa de Rute”. Está organizado por la Escuela de Antonio y Mónica Dance y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento. Como ocurre con el de ballet y el de flamenco, esta cita también se ha consolidado con el tiempo. Como apuntaba la concejala de Cultura, Ana Lazo, “se está haciendo un hueco” e incluso proyectándose más allá de la localidad. La propia Mónica Guerrero, responsable de la escuela junto con Antonio Ruiz, confirmó que el festival está muy consolidado, pero también recordó que cuando empezaron no esperaban llegar tan lejos en tan poco tiempo. Lazo alabó la trayectoria de la escuela y el hecho de que Rute se esté convirtiendo en cierto modo en “el pueblo del baile”, con tres festivales de mucho nivel.

  • Aunque cuando empezaron no esperaban llegar tan lejos, en la escuela sienten que el festival está muy consolidado
  • El primer objetivo del baile es divertirse y por tanto nadie está obligado a hacer algo con lo que no disfruta

Éste sirve además de escaparate de bienvenida para mucha gente que vuelve al pueblo por estas fechas. Es no sólo una tarjeta de presentación sino una forma de refrescar el tórrido ambiente de estos días. La profesora no oculta que el calor condiciona los preparativos: aparte de una disciplina artística, el baile supone “un ejercicio físico”. Sin embargo, lejos de venirse abajo, asegura que es un estímulo más para bailar. Quienes se subieron al escenario fueron sólo una pequeña parte de las alrededor de ochenta personas que han pasado por la escuela en el último año. Algunas están dando todavía sus primeros pasos en este mundillo y otras no desean ponerse ante el público. Guerrero entiende que no todo el mundo que quiera bailar debe pasar por ese trago. Siempre que se está frente a un auditorio surgen los nervios, pero sólo algunos son capaces de superarlos. El primer objetivo del baile es divertirse y por tanto nadie está obligado a hacer algo con lo que no disfruta.

Como contrapunto, la noche se completó con la colaboración de escuelas de otras localidades. Desde su nacimiento, se ha convertido en un rasgo del festival que participe gente de esas escuelas. De igual modo, la academia ruteña está presente en otros festivales. A Rute han venido esta vez bailarines de municipios de Córdoba y Málaga, como Doña Mencía, Cabra, Luque, Mijas o Cuevas de San Marcos. En total, la profesora cifró en unas ciento sesenta las personas que bailaron en el festival. Sumaron 32 coreografías, donde alternaron los clásicos bailes de salón como salsa, merengue, bachata o chachachá con géneros como el tango o la kizomba, un baile de origen africano “muy en auge”. Según explicó, en las clases se combina los más demandados sin dejar de promocionar los otros.

Deja un comentario