El presidente de la Fundación Juan Ramón Jiménez visita la reserva de Adebo en Rute para conocer a “Platerilla”

Antonio Ramírez Almansa junto a Pascual Rovira durante su  visita a Rute

Antonio Ramírez Almansa junto a Pascual Rovira durante su visita a Rute

Hasta Rute se ha desplazado el presidente de la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez, Antonio Ramírez Almansa. Ha venido para visitar la reserva de la Asociación de Defensa del Burro, Adebo, y con motivo de los actos conmemorativos del centenario de la publicación de la obra “Platero y yo”, del poeta andaluz Juan Ramón Jiménez. Y es que Adebo ha regalado a la Fundación una ruchita a la que van a poner el nombre de “Platerilla”. Nació del cruce de dos burros llamados “Gandhi” y “Avutarda”, apadrinados en su día por Jesús Quintero y Rafael Martínez Simancas, respectivamente.  De hecho, el tradicional bautismo se llevará a cabo en breve en la serranía ruteña y contará con la presencia, entre otros, de Jesús Quintero. En concreto, “Platerilla” va a ser bautizada por José Chamizo. Antes, Antonio Ramírez ha querido visitar la reserva de Adebo y conocer a la burrita. Para Ramírez, la colaboración con la asociación ruteña se retoma en un tiempo que se presenta “inefable”, como decía Juan Ramón Jiménez, y que nos hace “vivir momentos estacionales de ayer y hoy”.

Y es que, según Antonio Ramírez, parece que fue ayer, en un día de lluvia, cuando Adebo regaló una burrita llamada “Alambique”, con motivo entonces del 75 aniversario. Para el presidente de la fundación, el centenario justifica de nuevo sobradamente que Adebo esté presente una vez más en los actos conmemorativos. En dichos actos van a participar multitud de asociaciones, instituciones, colectivos, particulares y creadores de amplio espectro. El presidente de la fundación recuerda que “Platero y yo” fue escrito por un Juan Ramón “de 25 o 26 años, en su Moguer, cuando retorna a él en 1905”. Ramírez destaca el hecho de que la obra, aún hoy, siga vigente. Asegura que detrás “no hay marketing, no hay difusión ni ningún otro elemento que haya propiciado que una obra literaria sobreviva cien años”, y mantenga “intemporal e inmortal”.

El presidente de la Fundación Juan Ramón Jiménez considera que los valores que incluyen la obra de “Platero” vienen a significar que “a través de un burro, Juan Ramón fue capaz de comunicarnos la esencia, el espíritu y los valores del entendimiento entre los seres humanos”.  Para Ramírez, “Platerilla” se va a encontrar con un Moguer actual en el que se ponen de manifiesto cuestiones que perduran en el tiempo, y que evidencian el trasfondo de la obra. En “Platero y yo”, además de color y literatura, nos encontramos con sufrimiento y pobreza. Su autor “denuncia y señala con el dedo todo aquello que hace que los niños no vivan bien y que los pobres sigan siendo pobres”. Por tanto, el presidente asegura que su lectura sigue siendo actual y ofrece “un Platero social que hoy es más necesario que nunca”.

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