El año agrícola se cierra con unas precipitaciones de 784,7 litros, por encima de la media de Rute

Victoria Marín en el observatorio donde toma los datos de las precipitaciones y las temperaturas

Victoria Marín en el observatorio donde toma los datos de las precipitaciones y las temperaturas

El primer día de septiembre dejaba en Rute 2,5 litros de agua. Son las primeras lluvias del nuevo año agrícola. El anterior, terminado el 31 de agosto, se ha cerrado con un balance de precipitaciones de 784,7 litros. La cifra queda muy lejos de la temporada pasada, que batió el registro en Rute con 1120,8 litros, al menos desde que se tiene constancia oficial de estas cantidades. Con todo, Victoria Marín, colaboradora de Radio Rute y encargada de enviar los datos a la Agencia Estatal de Meteorología, ha señalado que hemos estado por encima de la media en nuestro pueblo. Esa media, según ha dicho, suele rondar los seiscientos litros.

Al igual que ocurriera en el período 2009-2010, la de este último año agrícola ha sido agua que ha caído de forma suave y prolongada, es decir, la que acaba empapando la tierra “y no se desperdicia”. Ningún día se han superado los 38 litros. A pesar de no igualarse ese precedente histórico, Victoria remarca que no sólo se ha estado por encima de la media, sino que han sido unas de las cifras más altas. Lo de 2009 fue, desde luego, algo “fuera de lo normal”, con un mes de diciembre en el que cayeron nada menos que 349 litros. Por contraste, recuerda el año más seco, el 2004-2005. Entonces sólo se recogieron 285,1 litros en esos doce meses.

En lo que se refiere a las temperaturas, no ha sido ni mucho menos uno de los veranos más calurosos. La más alta se registró el día 20 de agosto, con 39,6 grados, algo por debajo de los 40 de máxima del año pasado. Sin embargo, la principal diferencia ha estado en que durante el verano de 2010 se sucedieron muchos días seguidos con valores muy altos. En esta ocasión, “hemos respirado” y no se han repetido esos episodios continuados, “que es lo que acentúa la sensación térmica de calor”. Tan sólo ha habido dos etapas de especial bochorno, una en junio y la otra a mediados de agosto.

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