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La empresa respalda a practicantes diversas modalidades cuya proyección alcanza el ámbito internacional
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La iniciativa revierte en el propio patrocinador, ya que se ve su nombre en todo tipo de competiciones
Cruzber ha dado a conocer en sociedad y ante toda su plantilla el proyecto CruzFamily. Con esta iniciativa, esta empresa de más de medio siglo de andadura tiene una línea de patrocinio a deportistas de Rute y otros puntos de Córdoba cuya proyección sobrepasa el ámbito provincial. Es el caso del piloto Francisco Jiménez, de Rute, o el ciclista de handbike Alfonso Ruiz, de la vecina localidad de Iznájar. Los dos estuvieron presentes en el acto celebrado en la sede social de Cruzber, en el polígono de La Salina. Pero además la firma patrocina al Club Ciclista Ruteño y otros deportistas de renombre. Es el caso de los hermanos Toril, Miguel y Álex, ambos también pilotos, el triatleta Gonzalo Orozco, o Alberto Sánchez, practicante de snowboard. Se trata, en palabras de Gregorio Cruz, gerente de Cruzber, de un proyecto de patrocinio “global”. Son gente joven, que llevan “el nombre de Córdoba y de Andalucía por todo el mundo”. Cree que es una labor “muy importante, que debe ser promocionada”.
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No sólo patrocinan deportes de motor. El gerente ve una relación común, ya que, aunque la seña de identidad de la casa son los portaequipajes, también fabrican, por ejemplo, portabicicletas. Otro criterio paralelo es el hecho de que, con su proyección, no sólo llevan el nombre de sus localidades sino el de la misma firma. Esa repercusión, como ocurre con Cruzber, es de ámbito “incluso internacional”. No en vano, a día de hoy está presente “en más de treinta mercados”. De ahí que haya que buscar esa repercusión “mundial”. Es lo que en el mundo empresarial se llama “crear sinergias”, en este caso entre patrocinador y patrocinados. Gregorio Cruz asegura que la idea es continuar con ese respaldo.
Para Alfonso Ruiz, que los patrocinadores tengan tan clara esa apuesta es “un lujo y un premio”. Los objetivos para la temporada son altos. Entre ellos, está revalidar el título de la Copa de España y obtener la ansiada plaza olímpica para Río de Janeiro. De ahí que agradezca un respaldo así. Si en cualquier deporte que no sea de masas cuesta encontrar ese patrocinio, en casos como el suyo la dificultad se acrecienta por el hecho de ser aún más costoso. Su bicicleta es especial para discapacitados, una maquinaria de diseño exclusivo. En consecuencia, el mercado donde tienen que buscar piezas y repuestos no es nacional en ocasiones. Suelen adquirirlo en Italia o Alemania, con lo cual hay que sumar los gastos del envío. Por si fuera poco, como recuerda, el material de competición “siempre es más caro”.
Igual de agradecido se mostraba Francisco Jiménez, hasta el punto de que sentencia que el proyecto sería imposible sin Cruzber. Siempre ha subrayado que los patrocinadores son esenciales en un deporte de estas características. Para los deportistas es una motivación el poder “devolver con creces” esa apuesta de la empresa. A ello añade la cobertura que se está intentando dar a esta iniciativa a través de las redes sociales para que la difusión sea aún mayor. Jiménez confía en que éste sea un buen año, con la decisión de embargarse en el campeonato de montaña. De momento, el arranque no ha podido ser mejor, a bordo del Subaru Impreza, que se pudo ver en esta jornada. El ruteño asegura que se mantiene en perfectas condiciones y concluye que probablemente sea el mejor coche de competición que ha tenido ocasión de pilotar a lo largo de su trayectoria.
