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Los ruteños llegaron a ir por delante en la ida, con 3-2 a su favor, aunque terminaron cediendo en los dos últimos partidos
Balance de la ida de la final de la Liga Andaluza de bádminton
Eurovent Montilla sigue siendo favorito. Pero a su vez, el Club Bádminton Rute mantiene su derecho a soñar con la Liga Andaluza. Son las dos conclusiones principales que deja la ida de la final, celebrada en el Pabellón Gregorio Piedra, el primer sábado de febrero. Fue una tarde intensa, donde los locales obligaron a los montillanos a apretar los dientes. Se van a casa con ventaja para la vuelta, 3-4, aunque ni mucho menos con la final sentenciada. Podría haberse augurado ese pronóstico, tomando como referencia el 1-6 que endosaron a los ruteños en la segunda jornada de la fase regular, también en el Pabellón Gregorio Piedra. Entonces, como en el resto de la competición, Montilla se mostró intratable. Sin embargo, en el orgullo ruteño quedó la herida de que la diferencia real entre ambos equipos no era la que reflejaba aquel marcador. Hubo encuentros fueron muy igualados, que se decidieron por detalles.
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Ahora no sólo se han acercado los guarismos, sino que Rute incluso se puso por delante en la eliminatoria. Quizás el sabor final de la jornada sea agridulce porque María de La O Pérez o Ángel López no pudieran ganar alguno de los dos últimos encuentros individuales, cuando el tanteo favorecía por 3-2 a los locales. Los artífices de las tres victorias fueron Eva Perálvarez y Juan de Dios Pérez. Vencieron juntos en dobles mixtos y en sus respectivos choques individuales. Después, Ángel López llegó a forzar un tercer set frente a Sergio Cardador, pero tras caer del lado de éste los cinco primeros puntos, el ruteño sufrió un bajón, más moral que físico. Para conservar la ilusión, hay que aferrarse a los muchos grandes momentos que él y su prima ya han deparado, y a la enorme tenacidad competitiva de ambos.
El entrenador Juande Pérez apunta que de nuevo detalles mínimos han impedido mayor recompensa. Cree que faltó precisión en momentos puntuales, y eso decantó la balanza a favor de Montilla. Aun así, se siente “satisfecho” y cree que el equipo “va a más”. Su hijo es consciente de esa necesidad de ser preciso: hay tanta calidad que los jugadores de ambos clubes llegan a todas y han de pelear cada punto porque el rival no concede nada. Eva Perálvarez recuerda el dicho de que cuando los niveles están tan equiparados “gana el que menos falla”. Los tres añaden otro aspecto que no juega, pero ayuda: la incansable animación de la grada, que contrarrestó el frío ambiental. Para el fin de semana siguiente, en Montilla, no cuentan con el factor cancha, pero van con la ilusión y la autoestima reforzada porque han visto que pueden tutear a Eurovent. Mientras, toca la recuperación física y anímica; pero, recurriendo a otro tópico deportivo, “hay partido”.
